Aranceles, fronteras y el fenómeno Border Line

27 de enero, 2013 0

En el ámbito del comercio internacional (más conocido como international trade) existen determinados factores que son, sin duda alguna, determinantes. Acudo a este espacio de nuevo tras haber lanzado mi nuevo blog, Beneficio Marginal, donde examino e intento analizar algunas de las situaciones que están sucediendo últimamente en nuestro país y en el mundo. En esto del comercio internacional, los factores de los que hablábamos antes se sitúan en torno a determinados procesos. Por ejemplo, como veremos más tarde, los aranceles (es decir, los impuestos a determinados productos), la influencia de las fronteras y, sobre todo, el fenómeno Border Line. La economía de muchas naciones (tal y como dijese Smith en su libro, La Riqueza de las Naciones) se basa en su comercio, tanto nacional como internacional (así como la actividad industrial y otros factores que, de una forma u otra, obtendrán relevancia dependiendo del dinamismo de la economía de la que estemos hablando). Por lo tanto, los factores que influyen activamente en las actividades comerciales son todas aquellas que repercuten en los distintos procesos de producción de nuestro producto en cuestión.

La nota histórica

Evidentemente, el progreso en muchos países ha ido asociado al proceso comercial que ha tenido. Sin embargo, hay algunos países cuyas tasas arancelarias son tan altas que nadie quiere vender productos en sus territorios. Ese "nadie" hace referencia propia al comercio nacional e internacional. ¿Qué supone un arancel? A lo largo de la historia, muchos países han establecido medidas de prohibición de consumo de determinados países. Los países europeos, por ejemplo, prohibieron la venta de prendas de algodón en sus países por parte de Inglaterra debido a que esa acción hundiría su propia industria y eso implicaba el hundimiento del poder adquisitivo de las familias y un empobrecimiento de las sociedad. La regulación de esos países fue necesaria porque si no lo hubiesen hecho verían disminuida su actividad económica. Pero estos aranceles no duraron mucho: apenas unos años más tarde, la mayoría de países europeos pudieron ponerse a la altura de Inglaterra y crear su propia industria del algodón. Esos aranceles a Reino Unido tuvieron como consecuencia la necesidad de crear un Imperio colonial en África para vender sus productos. En ese momento, los Estados africanos al no ser fuertes no pudieron defenderse de la actividad económica colonizadora de Reino Unido. 

Pero Inglaterra no es el único país que vio restringido su comercio internacional por su intención de inundar las economías extranjeras. De hecho, a día de hoy, hay países que establecen (como dijimos anteriormente) tasas arancelarias muy superiores a la media (cuyo objetivo es prohibir la venta de esos productos por beneficio propio y no por interés macroeconómico). Es interesante distinguir que algunos Estados todavía "rurales" defienden las tasas arancelarias totalmente elevadas porque eso incrementa su riqueza. Es lo que los economistas conocen como élites extractivas (políticas y económicas) que "extraen sin razón alguna". Otra cosa a debatir sería si un Estado (o conjunto de estados como es la Unión Europea) debería regular o no el comercio en orden de producir un beneficio social (tema que trataremos más adelante). Las tasas arancelarias de algunos países africanos son las siguientes (Imagen 1):

En este caso, determinados países deciden cobrar tasas tan altas porque así, sus Gobernantes deciden eliminar toda la competitividad de esos países. No solo no hay servicios sociales (y cómo hablar de un hipotético Estado de Bienestar...) sino que se elimina toda posibilidad. Otra cosa es que un Estado regule y vigile el comercio (puesto que los mercados no pueden funcionar por sí mismos de una manera autónoma, el Estado debe vigilar que lo privado no abuse de la ciudadanía; esta teoría fue renovada y propuesta por J.M.Keynes en su magistral ensayo, La Teoría General del Interés, el Empleo y el Dinero) para que no se produzcan irregularidades. Es un tema complejo y muy controvertido sin ninguna duda. 


El efecto frontera

Pero al igual que los aranceles son importantes, el efecto frontera (conocido así entre los economistas) es uno de los más importantes. Con la globalización, las individualidades de los mercados están empezando a diluirse y pasan a convertirse, cada vez más, en "un mercado total". Esto no quiere decir que sea así a efectos legales, sino que con la pérdida del "factor individual del mercado" todos se ven afectados por las fluctuaciones de los mismos. En este caso, el comercio internacional y, por tanto, el efecto frontera han determinado ser muy importante. Este efecto es lo que produce el cambio en un territorio u otro. Es decir: para un productor europeo no es lo mismo comercializar sus productos en Estados Unidos que en México, porque en Estados Unidos puede acceder a un Estado más dinámico y más fortalecido como lo es el americano. ¿Quiere decir esto que el productor venderá sus productos donde haya menos tasas? No exactamente.

Es cierto que todas las empresas se rigen por la máxima del máximo beneficio - mínima inversión establecida años atrás. Pero a veces, ese aumento de tasas se hace porque no se quiere la inclusión de esos productos. Son las barreras arancelarias de las que hablábamos anteriormente. Sin embargo, el productor chino decide pagar más aranceles para poder vender sus productos en la UE y en EEUU porque sabe que obtendrá más rentabilidad. En este caso, el productor chino espera obtener una economía de escala con la que pueda satisfacer sus distintas necesidades. 

Por otro lado, las políticas económicas llevadas a cabo por los distintos Estados Modernos definen una mayor o menor política. Así, un productor de calzado probablemente decida vender sus productos en la Unión Europea antes que hacerlo en Tailandia (aunque en la primera tenga que pagar más impuestos por dicha venta) porque puede acceder a una mayor cuota de mercado. Las tasas, son, en muchas ocasiones unas medidas disuasorias para que no se vendan productos de determinados países.

¿Cómo ha de participar un Estado en el comercio internacional

La actitud de un Estado es esencial. La regulación de la venta de determinados productos compone una matriz esencial en la teoría del comercio. En este punto, es cierto que hay muchos economistas que hablan de la necesidad de reducir el Estado al mínimo (como siempre, claro...) pero lo cierto es que se ha de participar de una manera que proteja la economía ante determinados problemas de libre-cambio y de libre-comercio.

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Cerrando el círculo

Para acabar con este (largo) artículo, convendría decir que el comercio, en sí mismo, es una práctica demasiado compleja. Interfieren determinados factores que conviene estudiar y analizar en orden de entender cómo funciona la actividad económica de dichos países. Espero traer alguno de esos análisis en futuras entregas.

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Jaime Bravo es estudiante de Bachillerato (16 años) y autor del blog Beneficio Marginal (http://beneficiomarginal.com/). En Twitter es @JaimeMAD

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