Es evidente que la actual tendencia del precio del barril es bajista. La cuestión a plantearse es si esta tendencia ha acabado o es previsible que continúe. En la gráfica siguiente podemos apreciar la rotura de la tendencia alcista en octubre y el inicio de la tendencia bajista que ha durado hasta finales de diciembre, para posteriormente reanudar una tendencia alcista que ha llegado al 61,8% del retroceso previo.
Figura .- Evolución del futuro WTI en gráfico diario.
Esta tendencia alcista se ha roto a finales de abril para reanudar una tendencia bajista que ha implicado un retroceso del precio del futuro WTI del 20%. La tendencia bajista se ha desarrollado en tres impulsos, y cada uno de ellos ha implicado una caída de entre 6-6,5$. Coincidiendo esta caída con un retroceso de Fibonacci del 61,8% y con una potencial resistencia que se corresponde con el soporte observado en enero y febrero en alrededor de 52$.
Por tanto, el precio ha alcanzado los 53$ en el cierre del viernes. Cabe prever la posibilidad de que siga deslizándose hasta los 52$, coincidiendo con el retroceso de Fibonacci del 61,8%. La cuestión a determinar ahora es si la tendencia bajista ha acabado o podría deslizarse hasta el anterior mínimo de 43,5$.
Debido a los distintos indicadores situados en la zona de 52$ puede ser posible que se produzca un rebote. La cuestión a determinar es si se tratará solo de un rebote o de un cambio de tendencia.
En este sentido, no debemos olvidar que el análisis fundamental también importa. Y en este sentido, las declaraciones de Trump incrementando las tensiones comerciales con China y Méjico no ayuda a un cambio de tendencia. En mayor medida si la escalada de tensión continúa y se incrementan todavía más las medidas restrictivas al comercio. Cabe destacar en este sentido las amenazas de China de restringir la oferta de tierras raras, siendo estas imprescindibles en la fabricación de numerosos sistemas que van desde militares a renovables y móviles afectando a gran parte de la industria estadounidense.