Que Amazon es una de las empresas más importantes a nivel mundial es algo que está fuera de toda duda. Lo que ha hecho Amazon en cuestión de unos pocos años es algo que se recordará durante mucho tiempo y que se estudiará en las escuelas de negocios de todo el mundo, teniendo en cuenta la disrupción que ha supuesto no sólo en el sector del comercio y la distribución, sino también en otros muchos sectores.
Además, recientemente ha hecho historia al convertirse en la segunda empresa en toda la historia que alcanza una capitalización bursátil de 1 billón de dólares, sólo por detrás de Apple. Esto hito histórico lo ha conseguido en apenas 20 años, ya que salió a cotizar en mayo del año 1997, justo en plena fiebre tecnológica.
De haber comprado en aquel momento (el precio de la acción en la OPV fue de 10$), y a pesar de que la cotización de la empresa sufrió una batacazo de más del 95% durante el estallido de la burbuja tecnológica, la acción se ha revalorizado desde su lanzamiento casi un 136.000%. Es decir, si hubiéramos invertido 180$, ahora mismo tendríamos casi 250.000$. Imaginen si en vez de 180$, hubiéramos invertido 10.000$, cifra asequible para el bolsillo de muchos inversores. ¡Ahora mismo seríamos multimillonarios!
(Fuente: Statista)
Sin embargo, aunque estos titulares son muy cautivadores para el lector, entrañan un gran peligro, puesto que dan a este una falsa sensación de que hacerse rico en bolsa es algo fácil y sencillo, y que con tan solo comprar y esperar vamos a convertirnos en millonarios de la noche a la mañana. La realidad es muy diferente. El inversor de Amazon ha tenido que soportar multitud de "drawdowns" terriblemente fuertes a la largo de los últimos años, por lo que probablemente muy poca gente hubiera aguantado la inversión desde entonces.
Otros artículos relacionados publicados por el equipo de inBestia: