Las Exportaciones sufrieron un duro revés el pasado mes de agosto. Parecía que se desplomaban a partir de entonces pero no ha sido así, en septiembre el dato volvió a ser bueno.
A decir verdad es lo único que mantiene el tipo en nuestra economía y eso es positivo teniendo en cuenta que hoy día el volumen de exportaciones equivale a un porcentaje del PIB considerable, un 34% aproximadamente de entre los sectores de bienes de equipo industriales, automoción, productos químicos y productos agroalimentarios.
Básicamente la mayor parte de nuestra exportación se va a la zona euro, por tanto el efecto devaluación del euro respecto al dólar poco importa. Europa esta débil en estos momentos así que habrá que estar atentos a las exportaciones durante los meses que restan de año a pesar de que septiembre fue espectacular.
Respecto a los otros motores de crecimiento en España, básicamente el consumo, no están muy boyantes. El PMI del sector servicios, aunque esta en zona expansiva, esta decreciendo desde agosto.
El crédito privado tampoco reacciona. El disponible, que tampoco es mucho, se va a la deuda publica.
La deflación subyacente que es la importante, la que no depende del precio del petróleo, sigue negativa por tercer mes consecutivo en el - 0,1%. Por otra parte, no es una deflación importante a mi modo de ver como ocurrió con la deflación japonesa de principios del nuevo milenio con niveles subyacentes del -4% que si eran considerables y peligrosos. Al fin y al cabo unas décimas de deflación tampoco están mal, en principio habría algo mas de poder adquisitivo para gastar máxime cuando los precios en general se han disparado exponencialmente desde nuestra entrada en el euro. El problema es que esta deflación se cronifique caso de venir una nueva recesión mundial.
España todavía tiene serios riesgos sistémicos, por ejemplo cuenta con un ratio deuda / PIB que con toda seguridad alcanzara el 100% en 2015 y con un elevado desempleo con perdida constante de productividad por ocupado (aquí). España no puede permitirse una recesión europea o mundial porque volvería a quedarse muy debilitada.