ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Siguiendo con la labor que Aspain 11 Asesores Financieros EAFI está realizando en el Balcón del Asesor en la Aldea Global “Estados Unidos” presentamos la 3º parte relacionada al periodo histórico comprendido entre los inicios de la década de los 40 hasta 1973.
Sin duda, un largo recorrido histórico el que ha caracterizado la evolución del crecimiento estadounidense.
La década de los 40, se inicia con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Un conflicto, entre los países involucrados, entre los cuales destacamos a Francia y Gran Bretaña, con los cuales se tuvo que acordar las ventas de materiales armamentísticos, para que no hubiera problemas legales. La Segunda Guerra Mundial abrió un comercio, donde la demanda de material pesado y la asignación de 12000 millones de dólares para su defensa propia, creó 2 millones de puestos de trabajo directo. Con todo ello, se estableció el servicio militar obligatorio para hacer frente a la Segunda Guerra Mundial.
Tras varias victorias por parte de Estados Unidos, con la tercera victoria en 1941, el presidente Roosevelt concedió crédito ilimitado a los británicos y protección náutica, por lo que de esta forma comenzó una guerra naval no declarada entre Estados unidos y Alemania. Por otro lado, la inestabilidad con Japón produjo un ataque sorpresa, en la mañana del 7 de Diciembre de 1941, cuando el ejército japonés condujo un ataque sorpresa contra la base naval de los Estados Unidos situada en Pearl Harbor, Hawaii.
El ataque fue el detonante para la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. La mala comunicación entre el gobierno central americano y el ejército japonés hizo inevitable el ataque. Se destruyeron barcos acorazados, portaviones y gran parte de la flota aérea americana, en suma a la gran cantidad de víctimas, soldados o población civil.
Ya en plena Guerra, entre 1942 y 1943, con una mayor implicación de Estados Unidos y la unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el bando aliado comenzó a ganar de manera consecutiva batallas y comenzó el decaimiento de las fuerzas alemanas. El ejército japonés también comenzó a perder terreno.
Cuando las potencias del Eje vieron una evidente derrota, el gobierno Nazi continuó la matanza sistemática de judíos y el Holocausto se convirtió en prioridad.
Para conseguir la victoria, las fuerzas aliadas debían cambiar su economía a una de guerra. Fue de vital importancia que Estados Unidos construyera de manera rápida y eficiente, armamento, munición, barcos, aviones y tanques para usarlos en el conflicto.
El 6 de junio de 1944, los contraataques con el ejercito de Hitler, conllevo a Estados Unidos, a la conocida Guerra de Normandía, con el primordial objetivo de evitar las comunicaciones alemanas. Este conflicto entre Estados Unidos y Alemania fue reconocido en la historia como el día D.
El objetivo primordial del ataque era liberar a Francia de la opresión alemana y así poder llegar al centro de Europa y combatir contra el Tercer Reich.
Podemos decir, que en 1945 se dio por concluido el conflicto, tras las firmas del general Eisenhower, Jodl, Keitel y Zhukov. Ello se produjo cuando, tras diversos bombardeos en importantes ciudades, el ejército soviético consiguió entrar en Berlín, en mayo de 1945. 16 millones de americanos finalizaron su participación en la Segunda Guerra mundial entre 1941 y 1945. Todo ello suponía, más de un 10% de la población americana en aquella época.
El final de la guerra consiguió que la tasa de natalidad de Estados Unidos se elevara de forma sustancial. Las parejas que no podían afrontar el costo de mantener una familia durante la Gran Depresión, ahora tenían una visión más optimista. En el periodo mientras transcurría la guerra, el desempleo prácticamente despareció y la economía se expandió, creando un crecimiento económico que no desaparecería hasta la década de los 70. Este mayor crecimiento demográfico impulsó las rentas familiares. Económicamente, los años de postguerra consistieron en una época de transición de producción de bienes de guerra hacia una producción mucho más enfocada en los bienes de consumo. El principal sector que obtuvo mayor rendimiento, fue el sector de la construcción, que se vio muy favorecido debido al auge en la construcción de suburbios urbanos en el extrarradio de las grandes urbes.
Tras finalizar la guerra, Estados Unidos necesitaba reestructurar el sistema monetario, por lo que diseñó, junto con las 44 naciones aliadas, un nuevo sistema monetario internacional, durante el verano de 1944, en Nueva Hampshire en el complejo de Bretton Woods.
Este sistema monetario innovador tenía como principales novedades, el tipo de cambio fijo entre divisas, la eliminación de barreras al comercio internacional e incrementar el flujo de capitales a largo plazo.
Asimismo se acordó la creación de instituciones de control de la política monetaria mundial. Estas instituciones estarían aún en funcionamiento y serían el Banco Mundial para la Reconstrucción y el Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional. Las principales funciones del Banco Mundial serían la lucha contra la pobreza, mediante la concesión de créditos a países en vías de desarrollo, para así poder mejorar las condiciones de vida en estos países. En cambio, las funciones del Fondo Monetario internacional estarían más vinculadas a la regulación de los tipos de cambio, la cooperación entre gobiernos en materia económica y en casos extremos el incremento en la oferta monetaria disponible.
En el periodo comprendido entre 1945 y 1958, Estados Unidos actuó como una fuerza estabilizadora y ayuda extranjera con programas como el Plan Marshall. Este plan fue la iniciativa americana para ayudar a la reconstrucción europea tras la destrucción sufrida durante la Segunda Guerra Mundial. El gasto público en este periodo se duplicó en términos reales debido a las políticas expansivas llevadas a cabo por el gobierno americano. La economía americana creció a una tasa media alrededor del 4 por ciento, manteniendo el desempleo en niveles bajos y con una inflación controlada.
Lo que se pretendía con las políticas expansivas Keynesianas americanas, era cumplir con el objetivo de imponer el capitalismo a nivel internacional. Todo ello, supuso un resultado positivo de cara a la expansión económica, social y cultural, trasladando el centro mundial de naciones como Alemania, Francia y Reino Unido a Estados Unidos.
Toda la expansión acometida en Estados Unidos, origino el resurgir de nuevas áreas de especialización en las empresas americanas. Los pioneros más destacados fueron la investigación biológica, química y el desarrollo de nuevas tecnologías en el campo de la telecomunicación o de la ingeniería espacial.
De cara a las políticas sociales, debemos de destacar la importancia y la influencia que marco en la historia Martin Luther King, la implementación de la ley iba enfocada hacia la Ley de Derechos Civiles, que prohibía la discriminación y el racismo. Dicha ley argumentaba el famoso discurso “I have a dream” en la ciudad de Washington D.C. Asimismo, se avanzó en la implicación de la mujer en el trabajo, con un papel más importante en el sector servicios.
Con la llegada de la década de los 60 se empieza a mostras síntomas de cansancio en la economía americana, pues el modelo basado en trabajo y capital del Keynesianismo ya no era tan eficiente como en la época previa. La acumulación basada en la economía de guerra, pues los Estados Unidos estaban inmersos en un proceso de guerra permanente, desembocó en una pérdida de competitividad en otros sectores industriales con respecto a sus competidores manufactureros. En este periodo las exportaciones cayeron de forma bastante abrupta, acompañado de un aumento importante en las importaciones. Los niveles de desempleo ya no eran los mismos que en el periodo de guerra, la nueva clase obrera demandaba mejores condiciones, subidas salariales, y para ello utilizaron medidas como sabotajes o ausentismo laboral. Todo ello desencadeno en problemas económicos que llevaron la inflación a niveles preocupantes.
A todo ello, se unió la derrota en la Guerra de Vietnam junto con el escándalo del Watergate, en el que el presidente Nixon se vio involucrado por obstrucción a la justicia y falsedad documental.
Todos estos factores unidos a la situación crítica del dólar y la política macroeconómica fijada por el acuerdo de Bretton Woods, creó una crisis de confianza en la que se dudaba de si la conversión del dólar con respecto al oro seguía siendo válida debido a esta nueva situación económica.
En este ambiente económico-político-social para evitar el posible colapso, el presidente Richard Nixon, optó por romper el acuerdo de Bretton Woods, dejando de esta manera fluctuar libremente los tipos de cambio en comparación con el dólar y dar fin al precio oficial fijado del oro, permitiendo a los Bancos Centrales liquidar sus reservas de oro y obtener de esta manera reservas en dólares, un nuevo valor refugio. Estas fluctuaciones crearon movimientos especulativos hasta que finalmente se estabilizó el precio del dólar respecto al oro.
A la situación de desorden del sistema monetario internacional, junto con la caída del dólar, se unió el súbito encarecimiento del petróleo.
A los conflictos sociales, políticos y económicos, se les unieron el aumento en el precio del crudo, se debió principalmente a tensiones políticas como la Revolución Libia, y explotó con la Guerra del Yom Kippur. Debido al patrón de cambio fijado entre el oro y el dólar, el precio del petróleo no sufrió mucha variación, a pesar de que la demanda aumentaba de manera creciente. La nacionalización de las grandes compañías petroleras argelinas, libias e incluso saudíes influyó en que los países de la OPEP elevaran el precio del petróleo de 3 a 5 dólares en un solo día. Al mismo tiempo, los países productores decidieron reducir su producción justificando que las reservas estaban agotándose.
Según íbamos acercándonos al final del periodo, 1973, la OPEP decidió elevar de nuevo el precio del petróleo hasta 12 dólares por barril, por lo que en un periodo de 3 meses el precio del crudo se habría multiplicado por 4.
El incremento en el precio del petróleo, no le afecto a Estados Unidos como si a otros países importadores de petróleo, causando un importante shock económico que llevó a impulsar políticas de austeridad, con una significativa reducción del gasto público y la consiguiente pérdida de calidad de vida.
El año 1973 lo caracterizamos como el año de la inflación y el desempleo conjunto a las teorías económicas vigentes, que perdieron atractivo. En este año, también le sumamos la finalización del periodo de Bretton Woods, que dejo al dólar fluctuar con las anteriores devaluaciones. Como el oro ya no era el patrón predominante, los distintos bancos centrales decidieron salir al mercado liquidando sus reservas de oro. Ante esta circunstancia, Japón y Reino Unido, se decantaron por un sistema de tipos de cambio flotantes, mientras que Alemania y Francia crearon la “serpiente monetaria” (esto suponía dejar fluctuar la divisa marcando un suelo y un techo). Estos tipos de cambio flotantes introdujeron volatilidad en los mercados creando inflación.