El otro día volvíamos de viaje con mis hijos en el coche y uno de ellos, el pequeño
dijo, ¿sabes mamá que el día 21 de Diciembre se acaba el mundo?, lo dicen los
Mayas. Yo me reí, y para que no tuviera
miedo le conteste que a lo mejor lo que
los mayas querían decir con eso, no era que el mundo se acabara de forma
literal, pero si sería posible que se
produjera un cambio profundo en nuestro
mundo tal como lo conocemos ahora, por
ejemplo que terminara la crisis. Mi hija mayor me contestó que era imposible
que un día antes, esto es, el 20 de diciembre hubiera crisis y el 21, un día
después se acabara…. Pues si, con trece años y sin tener ni idea de economía,
había dado en el clavo.
A poco que se haya analizado la
historia económica a lo largo del tiempo, sabemos que está formada por ciclos económicos, y de lo que estoy verdaderamente convencida es que
los años que van del 2007 hasta quizá el
2012, se estudiaran en los libros de historia como una crisis económica
profunda, que provocará un antes y un después no solo en el ámbito económico,
sino también en el social, el político y espero que en el ámbito de los valores
y principios. De ahí que ese “21 de diciembre del 2012” pueda ser el final de
este mundo y el comienzo de otro nuevo, y por tanto, el comienzo de un nuevo ciclo
económico, apasionante y desconocido. Y por ende, lleno de posibilidades para
nuevos pensadores, nuevas ideas y nuevos emprendedores.
Siempre he creído que no estaba todo escrito
ni por supuesto todo descubierto, que aburrimiento…….Y en economía menos, los
modelos económicos han servido para explicar crisis pasadas, pero esos modelos ¿también explican la actual
crisis? ¿Y explicaran todas las que se produzcan de ahora en adelante?, definitivamente no, por favor, que arrogancia.
Así, la doctrina “monetaria” y “los nuevos
clásicos” conocidos también como “neoliberales” entienden que la economía es
naturalmente “estable”, esto quiere decir que los mercados de los diferentes
bienes y servicios no tienden a alterarse por sí solos sino que es la presencia
del Estado con su política económica la que provoca los ciclos económicos.
Por otro lado, las corrientes “keynesiana” y
“post-keynesiana” afirman que la economía es naturalmente inestable, lo que
genera ciclos económicos de expansión (aumento de la producción, recuperación
de la actividad económica y reducción del desempleo), y otros períodos de
recesión (caída de la producción y aumento de la desocupación), por lo tanto
alientan a que los Gobiernos pongan en marchas políticas “anti-cíclicas” para
estabilizarla.
Entonces, mientras que los primeros propugnan
por la ausencia total del Estado en la economía, porque su presencia genera
ineficiencias que el mercado resolvería por sí solo, los segundos alientan
exactamente lo contrario.
En el año 2003, Robert Lucas el premio nobel
de economía de 1995, declaraba que los ciclos económicos estaban bajo control y
que las políticas económicas debían centrarse en el crecimiento a largo plazo....
¿Y ahora que? ¿ Dejamos que el papá estado
intervenga, dejamos que se arregle esto solo? No tengo ni idea, lo que si sé es que esto ha de cambiar, los
modelos basados en la especulación no funcionan, hemos de volver a valorar el “trabajo
productivo”, la contención del gasto, el fomento del ahorro, la inversión
en I+D+I, el desarrollo del talento, la
valía del capital humano, y porqué no, introducir valores no económicos como la honradez, el esfuerzo,
el respeto, la honestidad, la responsabilidad, etc...
Solo espero, que los Mayas tengan razón, y que este mes de Diciembre sea “un fin del
mundo actual económico” y tengamos la suerte de vivir otro nuevo...