Los mercados no hacen suelo en el pánico, sino en la desidia

En agosto los mercados cayeron a plomo por miedo a un contagio económico-financiero desde los países emergentes. Nadie, o casi nadie, predijo esa caída en concreto en eso momento preciso. Como es normal tras el momento de pánico extremo, los mercados rebotaron tras un mes intentando formar un suelo.

Luego los mercados subieron abundantemente y, como sabemos ahora, han vuelto a declinar. De forma violenta, fulminante y sin apenas dejar capacidad de reacción, ya que las caídas se han producido principalmente en horario asiático.

Lo interesante es que a día de hoy los índices principales como el EuroStoxx 50, el DAX 30, el S&P 500 o el Nasdaq 100 se encuentran exactamente en los mismo niveles que en el pánico de agosto. Los bajistas parecen reivindicar que están en lo cierto, pero objetivamente las cosas no han ido a peor en los mercados más importantes, los más líquidos y amplios. Siendo francos, si decimos que los bajistas de momento no han acertado nada, hay que decir lo mismo de los alcistas. Todo está por ver aún. La 'batalla' continúa.

Lo que si ha cambiado radicalmente, a pesar de que los precios sigue en la misma zona, es el sentimiento. Este se ha deteriorado de forma radical. La incertidumbre del verano es una ligera nebulosa con respecto a la oscuridad del presente.

Si en verano había dudas, ahora muchos hablan de mercado bajista y los expertos explican las distintas fases que componen dichas fases descendentes para que los inversores se 'vayan preparando'. De esta manera, muchos están seguro de que hemos entrado en este tipo de mercado sistémico bajista.

La macro no ha cambiado significativamente desde verano. El sector industrial americano, y en concreto la parte relacionada con la energía está de capa caída, pero los demás segmentos de la economía crecen. Y ya no digamos Europa, donde tanto el sector industrial como el servicios crecen. Los últimos datos publicados hoy muestran que ambos sectores siguen en forma (1 y 2)

Los precios han caído, pero si miramos la inflación subyacente no ha habido grandes cambios. E incluso en EEUU esta inflación ex-energía ha aumentado. 

Nada ha cambiado mucho, pero los mercados han vuelto a caer y el sentimiento se ha desplomado a nuevo mínimos. Y a pesar de que no hay grandes cambios, se justifica el renovado pesimismo en la idea de que el propio pesimismo augura más pesimismo. Esto está muy bien, pero históricamente ha sido una mala receta dejarse llevar por el pesimismo de otros cuando no hay factores fundamentales claros y sistémicos que apoyen el dejar de ser alcistas. 

Este pesimismo creciente lo podemos ver gracias a la herramienta de Google Trends, que nos muestra las búsquedas de la palabras "bear market" (mercado bajista) a lo largo del tiempo. Esta semana han alcanzado niveles no vistos desde el año 2008. 

Como se ve, que el sentimiento sea tan negativo, por sí mismo no es alcista. Al fin y al cabo, entre enero de 2008 y marzo de 2009 se habló incesantemente de "bear market" a medida que el mercado descendía. Pero sí es llamativo, desde mi punto de vista, que los picos se producen tras caídas, no antes de que los retrocesos del mercado se produzcan.

Ahora hemos tenido una caída que nos ha devuelto a los niveles de agosto, pero el sentimiento está destrozado o por los suelos. Y todo sin romper soportes clave en los índices más importantes. En mi opinión, mientras se produzcan estas fases de pesimismo con la economía creciendo, hay que seguir siendo alcista, porque lo probable es que el mercado ha entrado en un pánico injustificado.

Esta reacción de los inversores en modo alguno me sorprende. Es verdad que en algunas ocasiones la fase de pánico es la que forma el suelo absoluto de la corrección o mercado bajista, tal y como ocurrió en 1987, pero suele ser más común que primero se suceda una fase de pánico y, luego, a ésta le suceda la fase de desidia, fase en la que se efectivamente se forma el suelo absoluto.

Esta fase, de la que no se suele hablar mucho, es la auténtica demoledora del sentimiento. El pánico es un evento rápido. Viene y se va. Los inversores temen y, con el rebote, el temor se evapora. Pero es la desidia, esa fase de desánimo generalizado que se instala en las semanas y meses posteriores al pánico, la que es extremadamente difícil de superar.

¿Por qué? porque es lenta. El pasar de los días, la impotencia de ver que no se sostiene ningún ascenso, la acumulación continúa de noticias pesimistas y gurús de la catástrofe en los medios y la eventual rotura del soporte que marcó la fase de pánico, hacen convencer a muchos de que los mercados se dirigen hacia el 'sur' de forma irremediable.

Un pánico es una agresión violenta y rápida contra los inversores alcistas. Mientras que la desidia es como la tortura de la gota china. Pasan días y días, semanas y semanas sin ascensos y el sentimiento de desesperanza y duda alcanza nuevos máximos.

Esto ocurre una y otra vez en las correcciones. Es lo normal, el comportamiento clásico del mercado. Muchos lo han olvidado ya, pero el 1 de julio de 2010 -gráfico anterior- los inversores se quedaron helados con la rotura de soporte. La idea de un mercado bajista y una recesión eran "algo seguro". Pero los mercados volvieron en poco tiempo sobre el soporte y la tendencia alcista continuó su marcha.

Ocurre una y otra vez. El 4 de octubre de 2011, tras una corrección del 20% en el S&P 500 durante el mes de agosto, los mercados marcaron nuevo mínimos durante un par de días. Los inversores se quedaron helados y casi todo el mundo daba por hecho que íbamos hacia un mercado bajista. Pero los precios volvieron sobre el soporte y continuaron ascendiendo hasta el día de hoy.

En el verano de 2009, muchos ya no lo recuerdan, pero el S&P 500 formó una figura de "hombro-cabeza-hombro" de la que todo el mundo estaba seguro que marcaría el final del "bear market rally". Los precios rompieron soportes durante unas pocas horas, pero volvieron al alza porque la economía estaba creciendo.

El 4 julio de 2013, en Europa, lo inversores estaban convencidos de que la rotura a la baja del soporte del Euro Stoxx 50 era peligrosa y que señalaría el fin del rally alcista. Pero en pocos días los precios volvieron por encima y la tendencia alcista continuó, junto con la recuperación de la economía de la zona euro.

¿Y todo esto a dónde nos lleva?

Primero, no estoy diciendo que sea seguro que la potencial trampa bajista de los pasados días sea el mínimo absoluto o que de ninguna manera no vamos a ver un mercado bajista. Probabilidades bajistas hay, e incluso desde hace un tiempo estoy leyendo muchos artículos bajistas para educarme en los argumentos de los que no piensan como yo.

Pero sí que hay que reconocer que los hechos presentes no tienen nada de novedoso. De momento responden a un patrón clásico de todo mercado alcista: corregir con pánico, cotizar en lateral con desidida, romper un soporte y luego subir. 

Por ello, en mi opinión, es un error sobrerreacionar en los soportes volviéndote "completamente bajista" o "dejando de ser alcista" porque en los soportes se producen muchas trampas, especialmente cuando la economía está creciendo. Y caer víctima de una de estas trampas en un mercado alcista, es uno de los peores errores que se puede cometer. Te puedes quedar más tranquilo, dormir mejor, pero es una de las principales razones por la que uno se suele quedar muy atrás del mercado en el largo plazo.

E igual que digo esto, que hasta ahora por difícil que sea es normal todo lo que ha ocurrido, tengo que reconocer que no entendería ver nuevo mínimos por debajo de la trampa bajista vista estos días.

Llevo meses señalando los 3.310 puntos del Euro Stoxx 50 como un soporte importantísimo. Pero un soporte no es un nivel concreto, sino una zona. Ahora ya no solo tenemos la zona, sino además el nivel. 

Mi método de seguir la tendencia económico-bursátil está creado por mí precisamente para aguantar momentos difíciles y de gran incertidumbre. Para los días soleados ya podemos utilizar un cruce de medias. Pero todo método tiene puntos débiles y puntos donde debe señalar que tiene que hacer una pausa temporal. El mío es el mínimo de esta semana en la bolsa de EEUU.

¿Y qué ocurre si se rompe el soporte?

Muchos inversores sienten pánico con la idea de ver un mercado bajista. Tengo malas noticias para ellos. Viviréis varios mercados bajistas en vuestras vidas. En algunos tendréis la habilidad de evitar parte de los mismos, pero en otros os será completamente imposible evitar nada. Esta es la realidad.

Invertir en renta variable y disfrutar de su alta rentabilidad es una carrera de largo plazo, tu objetivo es perder lo menos posible en las caídas y ganar mucho, mucho más en los ascensos que son de mayor magnitud y duración que las caídas. 

Los mercados pueden caer un 50%, pero no hay techo para los ascensos, especialmente cuando tienes en cuenta los dividendos y su reinversión.

Esta es la naturaleza de la inversión en renta variable. Es una tarea probabilística donde el error es inevitable. Si planeas las cosas de manera que no prevés errores, entonces eres frágil, débil y un perdedor. Sin embargo, si planeas las cosas para aceptar la volatilidad y el error, sabiendo lo que haces y confiando en un buen método a largo plazo, entonces eres robusto. Duro como una piedra. ¿No es paradójico? Te preparas para lo peor y eres un ganador.

El pesimismo o el pánico o el miedo nunca han resuelto nada. Mucho menos en los mercados y aún mucho menos después de un traspiés en las bolsas. Jamás, absolutamente jamás hay que sentir esas emociones. Un ganador no siente esas cosas. Ni en los mercados ni en la vida. 

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Descargo de responsabilidad por conflicto de interés: el autor de este análisis está o puede estar invertido en los subyacentes e instrumentos mencionados a través del compartimento del fondo de inversión Renta 4 Multigestión / Ítaca Global Macro que asesora a través de su sociedad Ferrer Capital Management.