Recapitulación: El 18 de julio liquidé al completo mi cartera que había empezado a acumular en el mes de julio del año anterior. Liquidé porque no lo veía claro y pensaba que el mercado podía corregir más. Y el mercado corrigió. Tuve suerte en mi salida ya que aunque pensaba que la corrección era más posible que en los meses anteriores, lo cierto es que en un mercado alcista las probabilidades son alcistas. Luego, el 8 de agosto en la apertura, me volví a exponer al mercado. El análisis era correcto y por suerte a la primera fue posible estar en el mercado con buena precisión.
Acompañando a todos estos acontecimientos bursátiles (antes, durante y después del fin de la corrección) el tema del verano ha sido la idea de que Europa está en recesión. Muchos creen que así es y, en mi opinión, el consenso cree que Europa está en una situación pre-recesiva. Tal es el consenso que hasta el BCE se ha lanzado a anunciar nuevas medidas. El 18 de agosto publiqué un análisis con mi idea de que no había ninguna recesión en marcha, por lo menos hasta esa fecha. Mi argumento no se basada en teorías económicas que por otro lado desconozco, sino en la observación de los indicadores macroeconómicos mas adelantados: indicadores laborales y sectoriales. El 31 de agosto amplié y actualicé mi idea y además expliqué que era más alcista aún que el día que entré en el mercado porque el sentimiento en Europa se había deteriorado gravemente y cuando tienes una posición alcista que crees correcta y además está acompañada de un escepticismo general, el resultado suele ser muy positivo ya que existe un fuerte margen para las sorpresas alcistas y un margen muy escaso para las sorpresas negativas. Y el mercado se mueve a golpe de sorpresa.
Este es un párrafo de un periódico español y que utilicé el pasado 31 de agosto para ejemplificar el sentimiento imperante:
Y las siguientes dos gráficas muestran la idea de que en el mercado existen 3 dimensiones: las cotizaciones, la situación macroeconómica y el sentimiento (fuente: mi libro El Inversor Global, capítulo XVIII). Estas 3 dimensiones pueden confluir o divergir. Cuando la tendencia macro es expansiva y también lo son las cotizaciones, que es lo que creo que está ocurriendo ahora, puede ocurrir que, sin embargo, el sentimiento sea escéptico o "bajista".
Y cuando eso ocurre, basta "el vuelo de una pluma", o la no confirmación de las sospechas escépticas por parte de los bajistas o, simple y llanamente, la llegada de buenas noticias políticas y económicas para que todos los que tenían una perspectiva negativa sobre el mercado se vean sorprendidos al alza viéndose obligados a cerrar sus posiciones bajistas o a volver a entrar al alza en el mercado al ver que estaban equivocados, lo cual genera una fuerte energía alcista.
De esta manera cuando compré el 8 de agosto lo hice por la sencilla razón de que genéricamente la tendencia macroeconómica era alcista y se iba a producir un rebote. Pero a finales de agosto había detectado un fuerte escepticismo y para mi es un placer navegar a contracorriente cuando creo que mi idea es más acertada que la de la mayoría. Y por ello soy más alcista ahora que cuando entré.
Además, se han producidos dos noticias importantes desde el 31 de Agosto que apoyan la idea alcista del mercado. Por un lado, los presidentes ucraniano y ruso han empezado a entenderse y desde hace días impera un alto el fuego en el este de Ucrania. Todas las noticias parecen apuntar que en agosto se ha vivido un clímax de tensión geopolítica sobre el tema y que a partir de aquí comenzará a declinar y con ello el riesgo de mayores sanciones y bloqueos comerciales entre Europa y la pseudodictadura rusa.
El otro evento muy alcista para las bolsas es el cambio de parecer y actuar en el seno del Banco Central Europeo que ha decidido sacar casi todo el armamento del armario (excepto QE) para combatir la bajísima inflación de la Eurozona y el riesgo de una caída en recesión. Al ya anunciado -en junio- Targeted Long Term Refinancing Operations (TLTRO) que persigue hacer llegar el crédito a la "economía real" y que comienza el 18 de este mes, se unen ahora más compras de cédulas hipotecarias (CBPP3) y otros títulos respaldados con préstamos de las entidades financieras (ABSPP) así como una bajada de tipos de interés hasta el 0,05% y una mayor penalización a los depósitos en el BCE (-0,2%). Recomiendo leer este estupendo resumen de las decisiones del BCE publicado por Miguel Ángel Paz Viruet hace unos días.
La lógica es la siguiente: si soy alcista porque no veo recesión y creo que la tendencia macroeconómica es expansiva y, además, observo que el sentimiento es escéptico y que el mercado sigue subiendo, entonces una llegada de nuevos estímulos por parte del Banco Central Europeo es, sin duda, una buena noticia para mi análisis y posición en el mercado. Soy más alcista que hace un mes.
En mi caso siempre analizo el ciclo económico (lo que ocurre en la sociedad) y solo a posteriori analizo que hace el Banco Central. No se lleven a error. Si mi análisis del ciclo fuera el mismo pero el Banco Central no hubiera lanzado ningún estímulo adicional seguiría siendo alcista, pero no tan alcista. Solo espero que las hordas de analistas y operadores que creen que los mercados solo son un subproducto de la actuación de los bancos centrales, se lancen en masa a comprar porque sin duda este es su momento. Si los mercados suben porque los manipulan, entonces lo mejor es comprar, no quedarse fuera quejándose de que están manipulados.
Mi posición empezó siendo de corto plazo y es ahora cuando decido que se convierta en una operación de medio plazo.
Normalmente ocurre lo contrario: un operador compra y al ver las primeras pérdidas decide que no es un trader sino un inversor y aguanta las pérdidas hasta que revierten (si es que revierten).
Un especulador ha de actuar al revés: compra en el corto plazo porque detecta una oportunidad o punto de entrada y luego, según lo que ocurra, puede decidir que hacer.
En el caso del que mantiene pérdidas se dice que es esclavo de su posición. Y en el caso de quien mantiene ganancias se dice que es el amo de la situación. Tal vez el mercado retroceda, pero de momento tengo el control.
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