El título de este post viene a colación de una operación bajista en el
Oro que abrimos hace algunas semanas. Como se vio posteriormente, la
idea de la estrategia era correcta pero, tal y como ocurre en muchas
ocasiones, nuestro stoploss nos sacó de la operativa antes de poder
disfrutrar de sus beneficios.
El pasado día 8-octubre vimos que la onza de Oro se apoyaba en la
directriz bajista y se dirigía de nuevo hacia el soporte relevante
situado en los 1.305 dólares (línea horizontal roja en el gráfico). Ese
suelo había frenado la caída en varias ocasiones anteriores, así que
teníamos que estar muy atentos al comportamiento del precio sobre el
mismo.
Finalmente, el día 9-octubre apareció la vela de breakout que perforó el
soporte. Así que en ese momento lanzamos nuestra orden de entrada, que
se ejecutó en el nivel 1.301,9 dólares (vela verde bajista en la
imagen). Inicialmente, la entrada fue bien, ya que el metal precioso
bajó rápidamente hasta 1.294 dólares (ganábamos +8 dólares por onza).

Desgraciadamente, el día siguiente (10-octubre) se produjo un pullback
que hizo que el precio tocara nuestro stoploss, que acabábamos de
ajustar hasta los 1.312 dólares. Por tanto, fuimos expulsados del activo
en el nivel 1.312,1 dólares (vela roja alcista en la imagen).
El resultado final de la operativa fue de -10,2 dólares por onza. Así
que el rendimiento fue una minusvalía de -610 euros para nuestra cuenta,
ya que la entrada la habíamos realizado con 80 lotes. Nada especial,
una pérdida estándar según el promedio de nuestras operativas.
Lo curioso es que, tras ser expulsados del metal, el precio volvió a
retomar las caídas. La fuerza fue tal que un día después, el 11-octubre,
se alcanzó un mínimo en el nivel 1.260 dólares. El target de nuestra
estrategia lo habíamos situado en 1.262 dólares, así que en ese momento
hubiésemos cerrado con una plusvalía de +40 dólares por onza (si el
stoploss no nos hubiese sacado previamente, por supuesto).

No nos queda más que reconocer que aquí sufrimos un Barrido en toda
regla. El precio nunca subió más allá de los 1.312 dólares en los que
saltó nuestro stoploss (de hecho, si dicho stop hubiese estado situado
en 1.313 dólares nunca se hubiera activado). No es agradable perder un
rendimiento de +40 dólares por onza por 1 único dólar del stoploss, pero
estas son las situaciones con las que tiene que aprender a convivir un
trader.
Lo único que nos queda por hacer es analizar y tratar de mejorar el
posicionamiento de nuestro stoploss, ya que seguramente era muy
mejorable en esta operativa. Pero eso ya es otra historia.
Saludos.