Acaba de empezar diciembre y parece que el rally también, pero cuesta abajo. Insisto muchas veces en que aunque tengamos un escenario que tenga mayor probabilidad de ser efectivo, nunca hay que pecar de complacientes y el mejor ejemplo lo tenemos esta semana, con el día de hoy como punto central. El martes fue un día en el que las alarmas empezaron a ponerse coloradas, ayer las principales resistencias cedieron y hoy, a pesar de esos tímidos intentos por recuperarlas, lo que hace unos días parecía soportadísimo, hoy parecía un castillo de naipes. Es difícil pensar en un mes de diciembre sin que esto mejore, pero las estadísticas estar para romperlas. Lo cierto es que el dinero es miedoso y lo estamos viendo esta semana. Draghi pasa de héroe a villano y ahora temblamos ante los próximos datos americanos. La prudencia es la clave de todo movimiento y si no nos fiamos de nosotros, hagámoslo de los stops.
El IBEX se ha sumado también a la hemorragia, siendo uno de los más penalizados. Técnicamente, hemos perdido un nivel importante en el corto plazo y al que nos referíamos en todos los análisis, los 9.467, además del canal alcista de verano. El siguiente paso lo tenemos en 9.350. En el vamos a depositar nuestras esperanzas. Perderlo nos podría llevar irremediablemente hasta los 9.087, dejándonos cerca de un nivel que no se debería perder, los 9.036. Mañana será un día importante para ver si damos algún coletazo y conseguimos recuperar la directriz y los niveles perdidos. Sin embargo, salvo que el mercado se guarde algún as bajo la manga, la serie de velas bajistas y el volumen manejado, no nos hace presagiar nada bueno.
