En un artículo que te quita la murria de la mostrenca actualidad política, Jaime Rodríguez nos cuenta en un delicioso artículo como se montó un partido de fútbol en la Plaza Roja, para que papaito Stalin pudiera conocer de primera mano qué era eso del fútbol. Hubo que tejer una alfombra de 10000 metrosº que ayudaron a coser los propios jugadores, entusiasmados por porque iban a exhibirse ante él el Gran Padrecito.
Hubiera conspiraciones de otros organismos, que envidiaban al equipo seleccionado, el Sporting, que conspiraron para que no se jugara. Luego consiguieron meterlos en la carcel por conspirar contra la vida de Stalin...
El partido de ninguna manera debía aburrir a Stalin, así que al mínimo signo de sopor, debía suspenderse. El Máximo previsto de juego era media hora. Pero Stalin quedó encantado, y hubo que improvisar una prórroga de un cuarto de hora, tanto le gustó.
Sin embargo la mala leche de los oponentes, funcionarios de otros servicios de seguridad, lograron meter varias veces en la cárcel a los dirigentes del Spartak, lo que da una idea lo difícil que era vivir bajo el imperio stalinista (esto se lo dedico a Gallifo).
En todo caso, lo relevante es que el montaje surrealista, con una alfombra artificial sobre el empedrado de la Plaza Roja, encandiló al Jefe. Y es que el fútbol es mucho fútbol, y lo que tiene de bueno además es que hace bostezar a las feministas. Vean vídeo.
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