El mundo de la tecnología es un segmento que no cesa en su evolución, un espacio comercial donde muchísimas compañías luchan por su cuota de mercado. En el caso concreto de la telefónia móvil esta lucha es aún más encarnizada, donde encontramos un gran número de compañías referenciales que intentan alcanzar el mayor número de beneficios posibles. Empresas como Apple, Samsung o Huawei presentan sus novedades anuales con el fin de atraer compradores; aumentando así sus capacidades económicas y ofreciendo mejores resultados financieros y comerciales en su resumen económico.
Existe una compañía en concreto que ha protagonizado una verdadera revolución dentro del sector: hablamos de Xiaomi. Se trata de un fabricante de hardware chino que a base de decisiones acertadas y el establecimiento de un precio altamente competitivo, ha conseguido establecer una bolsa de seguidores que se equiparan en fidelidad y pasión a los que ostenta Apple. Xiaomi ha potenciado la gama media de sus dispositivos, con baterías de gran capacidad y una facilidad de uso accesible. La empresa surgió como una pequeña start-up conformada por 55 trabajadores, una plantilla que creyó en el proyecto desde el primer momento, invirtiendo un capital individual de 40.000 euros. Ocho años más tarde se ha convertido en el cuarto fabricante de telefonía móvil más importante del mundo, y ha aprovechado este contexto favorable para dar un paso adelante en su estrategia comercial: el salto a la bolsa. Xiaomi deberá estudiar muy bien sus movimientos, el mercado de valores potencia el pensamiento estratégico y la prevención de diversas situaciones. Como afirma Jan Heitmann, ávido jugador de póquer y gestor empresarial, "avanzarte a tus rivales puede ser sinónimo de éxito", y más en este sector.
El precio de cada acción oscilará entre los 17 y los 22 dólares de Hong Kong y su salida definitiva al parqué asiático está prevista para el próximo 9 de julio, con la totalidad de 2.179.585.000 de acciones estimadas. Con ellas, espera alcanzar la cifra de más de 6.000 millones de dólares. Los inversores se encuentran altamente esperanzados ante esta efeméride, y el hecho es considerado como un fenómeno histórico en materia económica. La compañía tecnológica debutará en el Hang Seng bajo el código 1810, con un ojo puesto sobre los inversores internacionales, dejando de lado en parte del mercado local, espacio donde ya está plenamente instaurada.
El CEO de la compañía, Lei Jun, siempre se ha mostrado como una persona muy implicada con los principios de la empresa, ofreciendo productos a un coste asequible y cercano a los costes de producción. Productos punteros en el ámbito tecnológico y accesibles para todo tipo de público. Este hecho demuestra la importancia de seguir una hoja de ruta determinado y no abandonarlo en pro del beneficio económico.
También se ha confirmado que los posibles beneficios que se puedan obtener después de la recaudación, al menos un 30% irá destinado a la investigación tecnológica, un hecho que denota la ambición inherente de la compañía asiática, siempre comprometida con la vanguardia técnica. El 70% restante irá destinado a inversiones relacionadas con internet, la expansión internacional de la marca para hacerla más conocida en todo el mundo y para mejorar los intereses administrativos de la compañía.
Uno de los elementos más interesantes en relación a Xiaomi es que no dispone de un gran número de tiendas oficiales, su expansión se ha realizado gracias al boca a boca, a los análisis de los consumidores a través de plataformas por streaming, y por la alta aceptación que han tenido sus productos entre la masa social. El año 2017 logró exportar un total de 92 millones de dispositivos, y se colocó como empresa líder en territorios altamente competitivos, como China o la India. En Europa se estableció como la cuarta empresa más importante. En territorio español encontramos cuatro tiendas autorizadas, tres en Madrid y una en Barcelona, lo que se contrapone a las 11 que Apple dispone en nuestro territorio.