¡Viva España!
Tenemos que defender la Nación española porque es un bien moral incuestionable.
Nación etimológicamente viene del latín: natio o acción de nacer, y por lo tanto tiene mucho que ver con la historia y la voluntad libre de nuestros antepasados, y no solo nuestros abuelos y bisabuelos, sino de tantos hombres y mujeres, todos ellos españoles que nos precedieron desde la Hispania romana, pasando por la Reconquista, el descubrimiento de América y el Imperio español, la guerra de la Independencia, y por supuesto también durante la Guerra Civil española y hasta la democracia actual.
La Nación española nace en Hispania, tras el colapso del imperio romano, en el 507 con los Visigodos. Nuestras raíces históricas son: Span con los fenicios y griegos, la Hispania romana (dentro del Imperio pero como provincia con gran independencia) hasta la llegada de los Godos. A mediados del siglo VI: Isidoro de Sevilla ya hablaba claramente de la Nación española y así estuvo constituida hasta la invasión musulmana durante dos siglos más. La Nación española es fruto de un proceso constituyente histórico. La invasión islámica llevó a la pérdida de España y de ahí la Reconquista, cuyo objetivo siempre fue recuperar toda España. Sancho el Mayor de Navarra ya se autodenominaba rey de España, aunque lo culminaran los reyes católicos.
Una reflexión que debemos hacernos como españoles es: ¿Cuánta sangre, sudor y lágrimas derramaron nuestros antepasados a lo largo de la historia? ¿Cuánto les debemos a ellos los que ahora vivimos?. ¿Cuáles fueron sus sacrificios?, ¿Cuáles los aciertos y los errores que cometieron?. La verdad histórica nos enseña muchísimo sobre todo ello.
Nuestro origen común, es suma de conciencias de tantos antepasados nuestros, españoles de bien, libres, imperfectos y luchadores, con almas grandes (y tenemos muchísimos ejemplos de almas gigantes en nuestra historia en todos los ámbitos) a pesar de otros ejemplos de miseria moral, traición y perversión.
Nuestro primer denominador común ha sido la Fe católica (nos gritan las piedras de catedrales, monasterios, conventos e iglesias a pesar de los miles de monumentos de este tipo que destruyó la desamortización de Mendizabal).
El segundo denominador común ha sido la defensa de nuestra patria y nuestra libertad; ante la invasión musulmana y otomana, el ejército de Napoleón, la revolución comunista, etc. (no hay más que recordar nuestra historia en las batallas de Simancas, Las Navas de Tolosa, la guerra de Granada, Cerignola, Otumba, San Quintín, Lepanto, Empel, Cartagena de Indias, Pensacola, Bailen, Saigón, El Canei).
Y el tercer pilar común ha sido la de la familia como célula fundamental de la vida y la sociedad y tenedora en cada uno de los individuos que la componen de los derechos fundamentales (a la vida, a la propiedad fruto del trabajo honrado, a la empresarialidad, y a los intercambios voluntarios, por poner unos ejemplos).
Por todo ello y mucho más, España es un bien moral para todos los españoles. Toca ahora defender la Nación española, a la que debemos preservar. ¡Viva España!
