En el colmo de la paradoja, o del oximoron, Venezuela tiene una inflación tan alta que los billetes se han convertido ¡en uno de los bienes más cotizados!Lean la excelente crónica de Alícia Hernandez, que te deja los ojos como platos al describir ese caos formado por Nicolás Maduro, genio maligno de las finanzas, que hace un enigma de que esté todavía usurpando su puesto.
En Venezuela hay una inflación incalculable, que nadie sabe a ciencia cierta cuál es. Se estima en un 10.000% al año, 87% al mes... cualquiera sabe. Esa inflación está sobre todo en la mente de los venezolanos, porque hay escasez de cualquier bien de primera necesidad. Las estanterías están vacías, y además te ponen pegas para cobrar si no es en efectivo.
¿Por qué, si lo primero que dicen los libros de estos casos es que el ciudadano rechaza el billete oficial y lo remplaza por cualquier otra cosa que se acerque más a las funciones del dinero, es decir, medio de cambio, unidad contable, depósito de valor? Puede que haya tal escasez de bienes que ninguno es suficiente para sustituir el dinero.
Parece ser que el Banco Central es tan ineficaz que los billetes, cada vez más necesarios dada la subida constante de los precios, fabrica billetes a medio gas, y tiene dificultades de pago de los materiales básicos para hacerlo. Total, los billetes son escasos... en relación a su demanda.
La inflación va por delante de la fabricación de billetes, al menos de los de alta denominación. ¡Eso los hace codiciables! En cambio, los billetes de baja denominación no los quiere nadie.
A eso se añade que Maduro ha decidido redondear los billetes quitándoles ceros. A un billete de 80.000 bolívares, equivalente a una docena de huevos, le va a quitar tres ceros, y así se quedará en 80 bolívares. Naturalmente, no sirve para nada, pero además es que es tan mediocre que lo hace mal, y retira primero los billetes viejos antes de que estén disponibles los nuevos.
Según la corresponsal, hay sitios donde encuentras oferta si tienes billetes grandes. Mercadillos en rincones lejanos, en los que tienen harina, cereales, y desean cambiarla... por billetes. Olvídate si vas con una tarjeta de crédito. ¿Qué hacen con esos billetes, que al día siguiente van a valer nominalmente menos? Misterio. Comprar algo duradero, supongo. Pero la vesania de Maduro ha conseguido que haya hiperinflación y que a la vez los billetes sean escasos y deseados.
Es verdad que esos billetes valdrían menos si la oferta del Banco Central aumentara al mismo ritmo que la inflación, pero son incapaces. Entonces, por qué no baja la inflación, ¿no es la liquidez y su ritmo de aumento la causa de la inflación? Ajá.
La hiperinflación no está solo en el aumento de los billetes, sino en la escasez de la oferta de bienes. Si por unos huevos te cobran miles de bolívares, pero los billetes que posees no llegan... te quedas sin huevos. Repito: yo esperaría que si se repite mucho, los huevos bajaran de precio, pero no es así. Lo único que sé es que no hay oferta... ni de ciertos billetes.
En suma, parece que los billetes se han dividido en dos categorías, y unos de alta denominación son todavía considerados como dinero. No es la primera vez que se produce esta distinción. Creo que en Zimbabue, o Uganda pasó lo mismo. La gente buscaba billetes viejos, de oferta fija, a cambio de los nuevos. Todo consiste en el diferente ritmo a que se devalúan las cosas, incluido ciertos billetes...
original en mi blog www.miguelnavascues.com