Vamos a hacer un ejercicio de economía/mercado ficción.
Miremos que podría pasar en estos próximos meses.
Pongámonos primero las gafas optimistas.
La recuperación actual es mucho más fuerte de lo esperado. El consumo y la inversión salen disparados de la pesadilla covid. Lejos de haber dejado secuelas psicológicas la pandemia propulsa las ganas de vivir (y consumir) al día. Todo ello se combina con una economía que gracias al papel deflacionista de la tecnología/globalización sigue sin generar inflación y por tanto sigue permitiendo un nivel de estímulos monetarios y fiscales sin precedentes. No hay prisa por retirarlos.
La percepción de los bancos centrales no van “a permitir” que el mercado corrija sigue impulsando la asunción de más y más riesgos por parte de los agentes financieros. La bola de nieve sigue creciendo y expulsa a los pocos pesimistas/prudentes que quedan. No hay sitio para ellos en esta fiesta.
Los planes fiscales anunciados logran filtrarse en la economía real. Más actividad, mejores salarios, de nuevo, más consumo e inversión. El éxito en la respuesta post covid afianza el proyecto político europeo y los flujos inversores internacionales llegan en masa a una Europa que, ahora sí, parece un proyecto firme y de futuro. Entramos en un ciclo virtuoso de crecimiento que ayuda ir rebajando los excesos de deuda que se han generado.
Resultado, un 2021 excelente en términos de mercado. Revalorizaciones de doble digito en todos los mercados y de triple en los activos más “calientes”.
Probemos ahora con las gafas pesimistas.
El covid se enquista al no conseguirse la inmunidad suficiente para normalizar la economía. Los BC y los gobiernos siguen aumentando el parche para que no se note (+ estímulos). El mercado empieza a perder la paciencia y la fe en que esto sea algo temporal. Empieza a descontar que el nivel actual de beneficios y/o quiebras es absolutamente artificial. Los mercados caen. Caen mucho más en un espiral de inversores que habían asumido demasiados riesgos y deben cerrar posiciones rápidamente y a cualquier precio. Las pérdidas se acumulan y causan más miedo e inestabilidad financiera. 2021 resulta un año desastroso tanto en términos de economías real como de mercado. Pérdidas de doble digito, negocios destruidos y desmoralización completa.
Y ahora la pregunta del millón.
¿Realmente tienes claro que ninguno de los dos escenarios pueda producirse?
Dale una vuelta antes de determinar tu asignación de activos.
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