La valoración de empresas manufactureras e incluso de las de servicios, es una actividad cuya complejidad si bien es alta, considerando que se dependen de un conjunto de variables macroeconomicas y de una serie de pronosticos que permiten determinar el comportamiento futuro de los estados financieros para por medio de un modelo realizar el calculo del valor de la compañia y del EVA generado partiendo de estos supuestos, no obstante valorar empresas cuyo principal activo es el conocimiento de sus colaboradores no es una tarea nada sencilla, pese a que traten de estandarizarse los procesos mediante modelos tales como el Sistema de Gestión de la Calidad, Cmmi, PSP, entre otros. Partiendo de lo mencionado previamente donde los modelos utilizados comunmente para valorar las empresas, se orientan a los activos tangibles cuya valoración se encuentra en los estados financieros de las compañias y son facilmente identificables, a diferencia de los intangibles donde los mas significativos son el know-how ó en su defecto la marca y su valoración depende del posicionamiento de la compañia en el mercado y el impacto de esos factores en los ingresos de la compañia, dejando por fuera elementos de caracter humano que tienen directa injerencia en el valor de las compañias.Ahora bien, en su documento de 2003, Velez-Pareja y posteriomente WaterHouseCoopers por medio de la presentación de una serie de modelos sustentados en proyecciones de ingresos y costes, abordan la cuantificación del valor de los activos intangibles; si bien es cierto la gran mayoría de ellos se enfocan en la valoración de la marca como activo intangible, pueden aplicarse a cuantificar el valor del recurso intelectual, para tal fin puede procederse de la siguiente manera:
- Cuantificar los ingresos que producen los recursos mientras se encuentran en asignación a un proyecto.
- Partiendo del historico, considerar el flujo de proyectos que ha tenido la empresa en un periodo igual al que se estima proyectar.
- Cuantificar el costo de los recursos
- Considerar el nivel de rotación de personal y asociarlo con la confianza que el cliente ha depositado en el recurso, pues en ultimas dado que es este quien esta en mas contacto con el cliente, es quien termina ganandose la confianza del cliente.
- Considerar la tasa de productividad del recurso.
Partiendo de estos elementos se debe proceder a realizar la cuantificación asociada tanto a cada recurso como a la totalidad de los recursos de la compañia, para finalmente continuar con el modelo de valoración de empresas que nos permita determinar el valor presente de la compañia y el EVA generado, no obstante en estas empresas si bien es cierto la cuantificación del valor de la misma es importante, también lo es el ambiente que en ellas se respire, pues el recurso productivo no es una maquina sino un ser humano que se ve afectado por su entorno y depende en alto grado del mismo, por lo que deben determinarse estrategias tendientes a maximizar el potencial del mismo sin caer en la explotación del individuo.