"Nunca creí que pudiéramos transformar el mundo, pero creo que todos los días se pueden transformar las cosas.” - Françoise Giroud
Esperemos que la edulcorada nueva realidad que el BCE nos propone no suponga una falsa nueva realidad. Esperemos que no nos dejemos llevar por los cantos de sirena y que los unicornios no inunden nuestras mentes. No tenemos dinero, no se equivoquen.
No lo tenemos porque están en manos de los bancos. Como siempre. Nunca olviden la máxima de los casinos: “la banca siempre gana”. Aquellos bancos que quieran recibir más ayudas por parte de la Unión Europea deberán avalarlo en base a los préstamos concedidos. En este punto, he de confesarles que me siento como un hámster en una rueda.
Ahora toca crédito y ahora no toca. Por motivos que desconozco y por la maldita inercia sigo dando vueltas. Recuerden los pretextos de la crisis que aún vivimos: endeudados al máximo y viviendo por encima de nuestras posibilidades. ¿En serio creen que ahora es distinto? Consulten el reloj de nuestra deuda y descubran como no ha disminuido. La losa está en su punto álgido. Y subiendo.
Distinto es para quienes han decido encontrar nuevas maneras de proceder. Para quienes hastiados del sistema tradicional rompen las barreras de la comodidad buscando nuevas formas de llevar a cabo sus sueños, sus empresas y afrontar con garantías sus retos.
Ayer merendábamos con una gran noticia cuyo titular rezaba como sigue: “Las cotizadas del MAB consiguen más de 180 millones de financiación en cinco años“. En los mejores años de nuestros tiempos. Disculpen la licencia pero que hayamos abierto los ojos, al fin, a toda la anormalidad que nos envolvía es para celebrarlo.
Resulta que empresarios convencidos de sus ideas apostaron fuerte por algo que en los mercados más avanzados es más que normal: acudir al mercado privado para poder capitalizar los proyectos de la empresa. Tuvieron el valor de apostar por un mundo nuevo por descubrir.
Les invito a hablar con Jaume Sanpera (Eurona), Josep Castells (1nkemia), Óscar Leiva (Ebioss), Jenaro García (Gowex), Carlos Guillén (Carbures), entre otros, para que les hagan ver las bondades de este mercado que, sin excesivo ruido, ha impulsado a sus compañías a través del capital privado. No saben cuantos inversores sienten a estas compañías como propias y se sienten reconfortados por la proximidad de los presidentes de las mismas mencionados anteriormente.
Con todo el arsenal de medidas del BCE (sirva como recordatorio el extraordinario post de Juan Carlos) la guerra de los bancos por la captación del préstamo es la nueva campaña de la temporada. Se han puesto el mono del trabajo y salen a la calle (ya tocaba) a ofrecer cheques en blanco a PYMES (aunque no para ésto) a fin que se den al crédito.
Afortunadamente, dichas PYMES son las mismas que acudieron a los mismos bancos en los años precedentes y que obtuvieron por respuesta el más bonito de los silencios.
El MAB es el claro ejemplo que algo ya ha cambiado. Que hayan personas dispuestas a escuchar alternativas a la banca tradicional para la gestión de su ahorro es otro ejemplo que el cambio de modelo es inevitable. La independencia debe ser el bastión al que todo consumidor acuda en pro de la mejor defensa de sus intereses.
Ni créditos ni vajillas ni viajes ni mejores condiciones a costa de mayor vinculaciones.. gestionar sólo depende de querer dar servicio y aportar valor sin chantaje alguno.
Como estamos de enhorabuena por el capital que las empresas del MAB han atraído para sí en estos últimos años, creo conveniente dejarles un vídeo de nuestro gestor, Alberto Vidal, en el que explica las bondades de este mercado para los inversores (entendiendo como tales aquellos cuyo perfil inversor les habilita para incluir en su cartera este tipo de activos):
