Si algo tiene la distancia, es que te da perspectiva. Y estas últimas semanas ha hecho falta de verdad.
Dejando de lado los detalles del (triste) espectáculo político, lo que sí se observa con claridad es que lo racional ha sido derrotado por los sentimientos. Y nosotros, como somos traders, hemos detectado ciertos comportamientos que serían muy peligrosos para nuestra cuenta, pero que parecen no importar a nuestros políticos.
Estas son algunas lecciones que podemos extraer de lo que está pasando, y que debemos detectar y corregir en nuestra operativa. Ójala los políticos hicieran otro tanto.
- 1. Adiós a los grises. Hay que posicionarse en un bando de cara a las elecciones del domingo, y de igual forma en los mercados tenemos la eterna batalla entre alcistas y bajistas. El trader profesional, sin embargo, no se casa con nadie. En cada momento se alineará siempre en el lado con más fuerza, para fluir con él y aprovecharlo al máximo.
- 2. Por desgracia, las emociones son enemigas de cualquier análisis. Y los políticos parecen haber perdido el oremus y han dejado de medir sus declaraciones. Pero en la bolsa dejarse guiar por emociones e impulsos nos lleva al margin call: multiplicaremos los errores porque vamos en contra de la probabilidad. Los sentimientos siempre son respetables, pero alejarse de lo racional implica aceptar sus posibles consecuencias.
- 2. Pérdida de perspectiva. Observamos con tristeza cómo algunos de los mejores, personas a quienes admiramos por su prudencia y sentido comun, han ido radicalizando sus posturas. En nuestro caso, la señal de alerta saltará cuando nuestra visión se haya bloqueado y solo consideremos el lado alcista o el bajista, minimizando los riesgos. Por ejemplo, ahora mismo muchos ven en Ibex en los 7.000 a final de año, y otros en los 12.000. Como comentaba en el primer punto, hay que ser flexible y adaptarse, porque si perdemos la perspectiva nuestra cuentas se desagrará. Cuando te veas en ese punto, busca un momento de reflexión, una pausa para evaluar todo de nuevo.
- 4. Confirmación de las propias ideas. Igual que el independentista solo ve afrentas y el español desplantes, el alcista encontrará en cualquier noticia o dato un sesgo a favor de su visión del mercado. Aunque, afortunadamente, los inversores tenemos un punto a favor: nos solemos relacionar con la visión opuesta del mercado gracias a las redes sociales y los blogs. Por desgracia, no sucede lo mismo con la situación catalana, donde el entorno de la mayoría de personas comparte las mismas ideas. Y es que quien tiene un amigo con el que disiente, tiene un tesoro.
- 5. La esperanza. Para los políticos, sólo existe un escenario correcto: el suyo. Así, estamos llegando el Apocalipsis o caminando hacia el Paraíso, sin matices. Y se están aferrando a esa idea aunque los acontecimientos muestren que no es correcta. De la misma forma que en ocasiones nos encontramos enuna operación con pérdidas, y la esperanza de recuperar el dinero nos bloquea, no ejecutamos el stop y terminamos por perder más en lugar de cortar la sangría en el momento adecuado.
- 6. El momentum. El lado independentista parece ver solamente los beneficios de largo plazo y niega la existencia de problemas (y graves) a corto. No hay ningún problema en ello, salvo que cuando llegue ese escenario hay que mantener la cabeza muy fría para aguantar el plan y no dar bandazos. Es como cuando hemos entrado al mercado basándonos en un gráfico diario, pero estamos en pérdidas y con una mala perspectiva en gráficos de 15 minutos: Hay que ser capaz de mantener la perspectiva. De lo contrario, la frustración y los nervios podrán con nosotros y terminaremos operarando fatal.
- 7. El momentum. Está claro que cada vez más gente en Cataluña quiere ser independiente. Sin embargo, gane quien gane la diferencia será mínima. ¿Era el momento de plantear el asunto? Cuando operamos, acertar con el momento del impulso marca la diferencia. Y adelantarse suele ser bastante negativo. A partir del domingo lo veremos.
- 8. La prensa. Las páginas de política, economía, y hasta deportes, están copadas de noticias interesadas. Es algo que vemos tan claro cuando se opone a nuestras ideas, sin embargo, queremos creer cuando es a favor. Todos hemos visto esa portada salmón hablando maravillas de alguna gran empresa unos días antes de grandes bajadas bursátiles. Desconfiemos de la propaganda: nuestro análisis debe ser completo para darnos las claves suficientes para tomar nuestras decisiones.
En definitiva, en un mundo en el que todo es psicología, no pretendo polemizar sonre Cataluña, sino advertir de cómo, en ocasiones, todos actuamos ofuscados. Y que, como bien sabemos los traders, cuando se detectan, hay parar, levantarse de la silla. y analizarlo todo desde el comienzo: Qué ha pasado. Por qué hemos llegado a esa situación. Cómo salir de ella. Asumir errores y tratar de tomar mejores decisiones. Por desgracia, no se ven señales de que alguien esté haciendo eso en el mundo de la política. Desde luego, no vamos a aburrirnos los próximos meses.
De moomento, protejan sus posiciones para la sesión del lunes, que será un día en el que saltarán muchos stops.
Feliz trading.