No todos los paises están combatiendo contra la deflación, cono la UE. Venezuela, por ejemplo, tiene una inflación del 1034% anual. Pero aquello es la debacle total que parece que ahora despunta en Argentina. Argentina tiene una inflación de “sólo” un 25% anual, y esto ha empezado a desencadenar una huida de capitales, por lo que la moneda local ha empezado a depreciarse con el dólar a una velocidad similar a la inflación. El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha anunciado que está dispuesto a cortar de raíz estos movimientos, subiendo el tipo de interés hasta el 33,5%, lo cual perjudica a una economía ya de por sí muy castigada por la sequía, que ha fustigado las exportaciones de cereales y carne. No hay que decir que la oferta interna de alimentos está escaseando.
¿No era Bagehot que ponía como ejemplo una mala cosecha como causa de un pánico financiero?
El déficit exterior y el público son superior al 5% del PIB, lo que no ayuda a dar confianza al inversor exterior... ni al interior que se refugia en dólares.
Es decir, se han desatado fuerzas refeoalimentadas que hacen difícil controlar la inflación y el déficit, en un contexto en el que las presiones sociales se avivarán y condicionarán las decisiones del gobierno. El gobierno ya tiene difícil garantizar que va a cortar la sangría, por lo que el BCRA está solo en este intento... hasta que el gobierno le frene.
La trayectoria a la baja del peso argentino frente al dólar expresa bien la contundencia del problema.
Desde diciembre el peso se ha depreciado de 17 a 22 pesos/dólar, lo que es una devaluación de más del 22%. Los últimos días ha llegado a ser de 20 a 22 pesos/$, un 9%. Cuando las expectativas de inflación empiezan a pesar sobre la divisa, es muy difícil cortar el proceso sin castigar a la población con subidas de tipos de interés brutales. Todo ello, claro - se tiende a olvidar - por la demagogia imperante, de la que en España no podemos jactarnos de haber acabado con su semilla, y que siempre lleva a unas condiciones que el votante que pide subida de pensiones no es capaz de vislumbrar. Condiciones en las que pocos se pueden salvar.