La Tulipomanía fue un pequeño período de inflación especulativa del precio del tulipán en el síglo XVII en los Países Bajos, tal fue la burbuja económica sobre el valor de este producto que un simple tulipán podría llegar a vale lo mismo que una casa. Esto fue debido al gran crecimiento económico de los Países Bajos gracias al triunfo de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y su reciente prosperidad comercial, la que trajo nuevos mercados interesantes a estas zonas, entre ellos, el gusto por las flores exóticas, entre las que se destaca el tulipán.
Esta burbuja económica surgió principalmente debido a distintos rumores de que el bulbo de los tulipanes holandeses se volvían multicolores, lo que hizo que aumentara su valor sin apenas ninguna regulación, tomando así precios desorbitados.
En esta fiebre nacional por comercializar e invertir en tulipanes participaron todas las clases sociales, desde la burguesía, hasta artesanos que se endeudaban media vida para poder realizar sus inversiones. Para ser más concretos, el sueldo anual normal en un artesano era de 150 florines, mientras que el precio normal de un bulbo de un tulipán era de 1200-1500 florines. Tal era la euforia por hacerse con este producto tan cotizado que hasta se llegó a pagar hasta 6000 florines por una unidad de tulipán. Para hacerse una idea, 10 cerdos valían aproximadamente 300-315 florines.
En 1636 aparece la peste bubónica, lo que reduce la mano de obra y, a su vez, aumenta el precio del tulipán. Se desarrolla un mercado de futuros entre particulares, a pesar de estar prohibido en Holanda desde 1610, por lo que se empezaba a comercializar con futuras cosechas todavía inexistentes.
Más tarde se descubrió que estos cambios estéticos en la peculiar flor eran debidos a un parásito común de los campos holandeses. Os podéis imaginar como terminó la situación del tulipán en el mercado y sí no es así, quizás ayude este gráfico:
Cuando la burbuja estalló en 1636 todo el mundo intentaba vender los tulipanes en los que llegaron a invertir casas, mansiones, o incluso 15 años de sueldo en el caso de los artesanos menos afortunados, llevando la economía holandesa a la quiebra.
Existen varios ejemplos sobre distintas burbujas económicas, pero esta sin duda, junto a la provocada por la Compañía de los Mares del Sur (llegando en su pico más alto a 1000 libras por acción en 1720), es de las que más me llaman la atención, principalmente por la gran influencia que pueden ejercer los rumores al mercado.