Todos deben morir sin piedad. Esto es la guerra y no un picnic. El traductor al servicio de la OTAN, el pequeño empresario local, los empleados en instalaciones de la Alianza, los informadores a sueldo,… Ellos y sus familias no pueden ni estar ni sentirse seguros. El castigo debe ser despiadado y cruel porque no sólo se trata de retribuir sino de advertir a los otros de cuál será su destino si se equivocan de bando. La brutalidad no es irracional. Persigue un fin ejemplarizante. Al fin y al cabo, piensa el integrista, ellos (es decir, Occidente) se irán tarde o temprano pero nosotros estamos aquí para quedarnos. ¿Qué haría usted atrapado entre estos dos fuegos? ¿Ponerse del lado de quien se va a ir o arrimarse a quien se va a quedar?
El pequeño inversor adscrito a los principios de la GFA vive rodeado de múltiples y crueles enemigos. Impuestos e inflación. Contra ellos hostigamiento, golpe de mano y huida. Estrategia de la tensión. Desgaste. Hiperactividad bajo control. En su batallar diario debe arreglárselas también con ambiguos y peligrosos mercenarios (banca, brokers e industria de inversión) no confundiendo lealtades y sabiendo que la relación que los une debe ser única y exclusivamente de amistad interesada.
Pero en su lucha cotidiana no debe olvidar jamás al enemigo interno porque éste puede ser el peor de todos dado que opera en un campo de batalla cuyo armamento es mucho más sutil: el de la información. En la guerra asimétrica no es la tecnología ni la superioridad material la que marca la diferencia sino el control de la información. Ése es el pilar de la guerra sucia y de la contrainsurgencia. Los franceses se dieron cuenta de ello en Argelia. Y aún así fracasaron. Occidente ha intentado incluso regularlo. Pero Guantánamo le ha proporcionado más disgustos que alegrías.
Al contrario que nosotros, los métodos de la insurgencia islamista no están encorsetados en códigos y leyes. Para ellos eso es, incluso, un síntoma de debilidad. Lo cual no es óbice para utilizarlos en beneficio propio cuando nosotros los empleamos contra ellos. Qué gran dardo envenenado: sólo es posible luchar contra el monstruo que amenaza aniquilar los cimientos de nuestra civilización vulnerando precisamente esos cimientos. El envilecimiento moral y la confusión ética no deja de ser un gran mecanismo de autodestrucción retardado…
Soplones
El pequeño inversor se halla rodeado de ellos. A todas horas los escucha y presta atención. Vive pendiente de lo que dirán. No concibe la vida en los mercados sin su presencia. Nos referimos, por supuesto, a los medios de comunicación y a las redes sociales.
Quien invierte debe tener claro que todos estos medios no están aquí para ayudarle sino para sintonizar con las emociones de su público y para publicitar las opciones de inversión que en cada momento gocen de la mayor popularidad. Tanto medios generalistas de información como prensa especializada, blogs, twitter, etc… bombardean al inversor todos los días con todo tipo de noticias y sentimientos.
Su misión, como luchador disciplinado, no es ni mucho menos ignorarlos sino utilizarlos en su propio beneficio. Debe separar aquello que le es útil de aquello que no lo es. Debe ejecutar sin contemplaciones el menor atisbo de manipulación que pueda interferir en su proceso de toma de decisiones o, de lo contrario, se convertirá en un instrumento de terceras personas e intereses opacos que no son los suyos.
REGLA DE ORO: Separe aquello que es información objetiva de lo que es mera opinión.
Esto es más fácil de decir que de hacer. Primero porque los datos, por muy objetivos que sean, pueden estar presentados de manera torticera o mediatizados por los avatares coyunturales del mercado. Segundo, porque las opiniones pueden ser valiosas dependiendo de lo fundadas que estén. De modo que si bien es importante separar información de opinión no olvide que en ese terreno le conviene ser selectivo y tener mano izquierda. El sentido común y la prudencia serán sus mejores aliados.
ADVERTENCIA: Mucho cuidado con la sobreinformación porque eso no va a hacer que su toma de decisiones sea más eficiente. El exceso de datos no es útil. Puede nublar su juicio y descompensar la balanza entre lo esencial y lo accesorio. Céntrese en el bosque porque no es posible identificar todos los árboles. Nuestra capacidad de asimilación de información es limitada. No lo olvide.
Traidores
Son todos aquellos que están directamente interesados en que usted adopte un determinado curso de acción. Por ejemplo, las recomendaciones de las casas de análisis. Recuerde que se encontrará con muchas más recomendaciones de compra que de venta. Intuya usted que eso no es casualidad. Los particulares que promocionan activamente la compra (la mayor parte de las veces) o la venta de determinado activo lo hacen porque están directamente implicados en la marcha bursátil del mismo. No deje que le cieguen con mensajes subliminales y no tan subliminales del tipo “ven y fórrate.” ¡Piense por sí mismo!
REGLA PRÁCTICA: Desconfíe de las predicciones de futuro y, especialmente, de las proyecciones de beneficios futuros. Aléjese del mantra de que en la bolsa se cotizan expectativas porque no importa la parte de razón que este axioma conlleve. La realidad es que el futuro es muy incierto y que las previsiones de beneficios futuros realizadas por la masa analista rara vez se cumplen. Dado que el porcentaje de error es muy elevado lo más prudente es ignorar los vaticinios de los augures bursátiles. No deje que una exposición analítica plagada de datos matemáticos le nuble las entendederas: que algo se exprese cuantitativamente no significa que deje de ser un mero juicio de valor cualitativo.
NOTA: Una vez más use el sentido común más elemental para separar aquellos análisis que se centran en “lo bien que nos lo vamos a pasar mañana” y atienda a lo que es probable según la experiencia que ocurra normalmente. Huya veloz de cualquier predicción de beneficios basada en dobles dígitos porque tiene usted una probabilidad del 99% de que no se cumplan. Que eso suceda un 1% no significa que le vaya a pasar a usted. El euromillón siempre le toca a alguien pero las probabilidades de ser el afortunado ganador son ínfimas.
Colaboracionistas
Son todos aquellos particulares e instituciones así como medios de comunicación que abiertamente defienden y apoyan los intereses de cualquiera de sus enemigos o de los mercenarios de la GFA cuando éstos no actúan en línea con sus intereses. El miedo al cambio, la imagen de marea ganadora, el castigo al disidente, el reforzamiento de los comportamientos gregarios, etc.. son señas de identidad de este grupo tan amplio como heterogéneo.
Al igual que con los traidores y soplones a usted no le conviene ignorarlos sino observarlos. En ocasiones serán indicadores más o menos precisos de por dónde no tiene que caminar el inversor. Tenga presente que los colaboracionistas son multiformes: desde bancos o analistas que entran también en la categoría de soplones y traidores hasta sus familiares y amigos así como compañeros de trabajo que actúan como repetidores de buena fe de todo aquello que observan, ven y leen provenientes de los grandes centros de creación de opinión.
NORMA BÁSICA: El colaboracionista se identifica porque actúa y se expresa de manera dogmática en base a axiomas basados muchas veces en falacias comúnmente aceptadas o en medias verdades y medias mentiras tomadas como hechos.Todo ello independientemente de la buena o mala fe que tengan.
Por ejemplo, si un compañero de trabajo o amigo usa la expresión “jugar a la bolsa” independientemente de su nivel socioeconómico, huya rápidamente de cualquiera de sus consejos, advertencias y recomendaciones. De la misma manera, si desde una casa de análisis se encuentra con expresiones del tipo “el precio objetivo de las acciones de la compañía X es 15.42€” no dude ni por instante en poner pies en polvorosa. Cualquiera, desde cualquier parte, que le abrase el tarro con mantras financieros, como por ejemplo, “a mayor riesgo mayor beneficio” merece también que usted le dedique un “quiebro esquivatorio.”
OBSERVACIÓN: El colaboracionista cree muchas veces de buena fe que lo que hace y dice es lo correcto. Pero esto se debe básicamente a un doble factor altamente nocivo. El primero es la ignorancia más absoluta en materia económica y financiera así como acerca de la naturaleza de los mercados y su relación con la economía. El segundo factor es aún más peligroso porque encuentra su origen en un conocimiento estandarizado, muchas veces de origen universitario, que parte de un análisis de la realidad equívoco y con herramientas que no son adecuadas, reforzado todo ello por falacias económicas bien asentadas en el imaginario colectivo así como en prejuicios varios incrustados en nuestra sociedad.
Tan mala es la ignorancia como el falso conocimiento. No permita que le nublen el juicio con bobadas. El hecho de que un millón de personas repitan al unísono una mentira no va a hacer que ésta se torne en verdad. Sea fuerte y disciplinado.
Conclusión
Al contrario que en las otras entregas acerca de la GFA, el capítulo de hoy es mucho más ambiguo y etéreo. Es fácil identificar a sus enemigos y también a los mercenarios. Pero resulta más complicado separar el trigo de la paja en el campo de batalla de la información. Aquí el bombardeo es tan inmisericorde y omnipresente que el inversor ha de dar lo mejor de sí mismo y actuar de manera hiperprudente.
El hecho de que esté leyendo este post o que haya visitado Quiet Investment, un lugar donde la popularidad nos la trae al pairo, demuestra que usted, haya disfrutado o no de nuestra compañía o compartido o no nuestras OPINIONES, es un inversor abierto de miras y con poca predisposición a dejarse manipular. El no contar milongas no te hace popular en este mundo de las finanzas pero sí te aporta lectores con un interesante feedback.
Desde la Cartera Value, que no deja de ser un instrumento de información pero al mismo tiempo de opinión, Quiet Investment e inBestiaPro proporcionan al inversor activo y con iniciativa una herramienta a través de la cual invertir razonando desde los principios de conservación del capital y prudencia valorativa presididos por el margen de seguridad. El punto de vista salvajemente independiente al mismo tiempo que irreverente mantenido en el contenido de los informes contribuye a aumentar el arsenal del cual dispone el pequeño, y no tan pequeño, inversor.
En la próxima entrega sobre la GFA vamos a comenzar ya de manera práctica a hostigar al enemigo. Ha llegado el momento de describir el equipo básico del combatiente adscrito a la GFA. A por ellos.
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