En cada sociedad y tiempo siempre ha existido un sistema económico preponderante. En el s XIX y el XX tuvimos sobre todo una forma basada en el capitalismo industrial. El capital buscaba el rendimiento en las grandes industrias y en la fabricación de bienes. El factor trabajo se concentraba en grandes instalaciones fabriles con división de retribuciones según la cualificación y la escala técnica que se desempeñara. Si empezábamos en la pirámide desde abajo podíamos ir escalando desde los puestos manuales a los técnicos y de ahí a los ejecutivos. Los trabajadores recibían un sueldo que les permitía una vida razonable y cubrían las necesidades de una familia.
Sin embargo, en los últimos tiempos la evolución de la economía está haciendo que esta forma de vida esté sufriendo cada vez más presión. Los trabajos de siempre, cada vez menos, garantizan una vida aceptable y se dirigen hacia unas retribuciones que no llegan a lo más básico. Ni siquiera la obtención de títulos universitarios aseguran que la situación no vaya a desarrollarse en precario. En el s XXI, la capacidad de desarrollar un conocimiento variado, autodidacta, y que pueda ir cambiando rápidamente serán imprescindibles; si no queremos quedar atrapados en unas ocupaciones, que o bien pueden desaparecer, o bien perder gran parte de su atractivo. El capital fluirá hacia actividades y destinos cambiantes y las nuevas tecnologías y los avances en las criptomonedas harán que no se puedan poner coto a estos movimientos.
En la inversión siempre ha sido necesario la mirada amplia y despierta, la curiosidad y el estudio permanente. Las oportunidades se presentaban como los trenes que llegan a una estación y teníamos que tener siempre la maleta lista. Ahora, la duración de una vida humana permitirá ver más cambios que los que podían ver en dos o tres generaciones anteriores. La velocidad del cambio nos abre a un reto interesante. Porque ahora más que nunca se pueden aprovechar las posibilidades del conocimiento, la Sabiduría en un sentido completo. La inversión puede ser mucho más versátil puesto que tenemos acceso a mil y una posibilidades. Eso sí, la audacia será todavía más determinante de lo que siempre ha sido. El valor de emprender, de echarse a lo desconocido y de investigar nuevas posibilidades será lo que te permita acaparar la vida. Si te conformas con las búsqueda de trabajo asalariado, sea en la rama que sea, probablemente te terminará defraudando. Si acaso, un trabajo asalariado te permitirá ser un apoyo a la vez que buscas nuevas oportunidades.
Si los comparamos, el mundo de la inversión será una actividad más rentable, tanto emocionalmente como económicamente, que la búsqueda de un empleo seguro. Eso sí, deberás conocer y saber si tu personalidad está preparada para manejarse en la duda y la incertidumbre y en el aprendizaje constante.
Así que, en los años que vienen, la sabiduría, el arrojo, la búsqueda, y la inteligencia global nos permitirán disfrutar de este mundo cambiante que se abre. A pesar de lo que pueda parecer, lo fijo va a ser muy poco rentable, y lo variable, como la vida misma, marcará nuestro futuro.
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