¿Todos los fondos son Pit bulls?

10 de diciembre, 2013 2

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Un conocido programa que se emite en una cadena nacional dedicó su espacio la semana pasada a los fondos de inversión. Lo transmitido en el programa ha generado muchos comentarios dentro de los diferentes círculos del sector financiero e inversores, y sin entrar a analizar el enfoque que se le dio al asunto ni la veracidad de los comentarios allí emitidos, sí nos gustaría entrar a tratar ciertos términos que consideramos rebatibles.

Lo primero de todo es que generalizar no es bueno, ni en lo referente a los fondos de inversión, ni referente a las opiniones de algunos de los entrevistados, y analizar un tema sesgado por una imagen negativa preconcebida por los participantes en el programa es mucho peor.

Si ya de por sí la cultura financiera de este país es bastante mejorable, lo que supone un problema para el inversor de a pie que no sabe qué hacer con sus ahorros y además favorece ciertas prácticas poco éticas por parte de algunos que se dicen “expertos”, tratar un tema como los fondos de inversión desde una óptica, que por lo menos se nos antoja negativa y orientada a desprestigiarlos, nos parece un peligro que fomenta la desinformación y el miedo a conocer este tipo de productos de inversión.

Aclarando conceptos

Empezando por lo principal, Un fondo de inversión, como su nombre indica, se dedica a invertir. Esto es, a emplear capital en actividades productivas. Por tanto, quien invierte en un fondo de inversión espera una rentabilidad acorde al nivel de riesgo asumido y tipo de fondo elegido.

Ni todos los fondos de inversión son fondos buitre, ni son especulativos, ni son el mal personificado. Hay más de 5.000 fondos de inversión registrados en España. Cuando invertimos esperamos algo a cambio, ya que asumimos un riesgo de perder todo o parte de  lo que empleamos (ya sea dinero, tiempo, emociones,…). A lo largo de nuestra vida “invertimos” en buscar nuestra pareja, en comprarnos un coche, comprar una mascota, educar a nuestros hijos… y todos tenemos nuestro propio criterio de “inversión” según nuestra educación, valores y necesidades. Así que el coche adecuado para uno, no lo será para otro, y una persona querrá un perro manso para que juegue con sus hijos, mientras que otra necesitará un perro guardián.

Un fondo para cada necesidad

Con los fondos de inversión pasa algo parecido. Hay fondos para cada necesidad, e incluso para cada escala de valores del inversor. Por ejemplo, los fondos socialmente responsables, que invierten en empresas con una marcada responsabilidad social corporativa y valores empresariales elevados. Estos fondos éticos, aunque poco a poco van ganando cuota de mercado, aun están muy por debajo de lo que se les esperaría. SI preguntamos a varios ahorradores sobre invertir en un producto A que da el 20% de rentabilidad o un producto B que da el 10%, la gran mayoría elegirá el A sin preguntar nada más, independientemente del proceso inversor de cada fondo.

En resumen, los fondos de inversión son un reflejo de la misma sociedad, e invierten en lo que más demanden los inversores. Por tanto, son estos últimos los que están definiendo la existencia de uno u otro tipo de fondos de inversión.

Y a pesar de todo, dentro del amplio universo de fondos existentes, los considerados especulativos son una minoría dentro de ese espectro, así que, aunque sólo sea por la responsabilidad de dar una información veraz y no sesgada,  es preferible no generalizar, ya que no todos tenemos un Pit bull, y de los que los tienen, no todos los adiestran para un comportamiento agresivo.

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