Telefónica todavía tiene que mejorar. La deuda aumenta en lugar de reducirse, siendo este último su compromiso con los mercados. Se observa un aumento significativo de los gastos y un comportamiento todavía negativo en España.
Habrá que esperar, todavía, algo más para ver el resurgir de esta compañía que aún se encuentra en un proceso de transformación. El impacto en sus cuentas y crecimiento en el próximo trimestre podría verse condicionado, asimismo, por una huelga indefinida de las subcontratas con las que trabaja que han tenido que lidiar como buenamente ha podido.
No voy a entrar a valorar en mayor detalle las cuentas porque sería hablar por hablar, pero sí quiero presentar algunos argumentos que ya he expuesto en otras ocasiones a favor y en contra de la compañía.
A favor:
- Reducción de la competencia en España, que podría beneficiarle.
- Cambio de ciclo en España y en Europa.
- Venta del operador O2, que debería suponer una fuerte inyección de capital para la compañía.
- Integración de contenidos, servicios de acceso y telefonía, con una oferta global de servicios.
En contra:
- Brasil, dudas sobre el posible impacto, tarde o temprano, de la contracción económica en aquel país.
- Endeudamiento. Debe seguir con el proceso de desapalancamiento iniciado hace unos años con objeto de mejorar su situación financiera, haciéndola sostenible.
- Próximos desembolsos en mercados como el Alemán, por poner un ejemplo, con el objetivo de adquirir frecuencias. Una inversión que únicamente servirá para evitar que pierda competitividad y no para mejorar su situación con respecto a la competencia.
- Salida de mercados como el inglés que, siendo muy competitivos, son regiones cuya economía se encuentra en una mejor situación que la del resto de Europa. La justificación, que no voy a poner en tela de juicio, es la necesidad de proveer de servicios globales, algo imposible para Telefónica que ofrece sólo telefonía móvil con su operador O2.
Conclusión
Telefónica se encuentra en un momento clave. Su transformación todavía no ha concluido y adquisiciones tales como E-Plus y, recientemente, GVC no han mostrado todo su potencial, bien sea positivo como negativo. Brasil es una duda mientras Europa ha tocado fondo y está iniciando un proceso de recuperación. Por tanto, el reflejo de la mejora de España en sus cuentas es aún negativo. La reducción de competencia podría beneficiarle así como a todos los operadores que siguen operando en el país. Telefónica apuesta por Alemania y España en Europa, y por Brasil en Latinoamérica.
La transformación en busca de ofrecer contenidos además de servicios de acceso (telefonía, fibra...) es incipiente. La compra de Canal+ y GVC van en esa linea. Habrá que ver el resultado que obtiene con esta estrategia que, por otra parte, parece ser común a todo el sector.
Lo que dejan claro los resultados es que aún es pronto para valorar los últimos movimientos realizados por la compañía después de las últimas adquisiciones.
Por otro lado, nos encontramos con un sector, el de las telecomunicaciones, que necesita realizar importantes inversiones sólo para seguir siendo competitivos. Las próximas subastas de frecuencias en Alemania y algunos otros países suponen un gasto necesario que no aporta ventajas competitivas frente a los otros operadores, ya que todos los grandes dispondrán de frecuencias al moverse todos ellos en la misma dirección y adquirir todos ellos frecuencias.