Tener tecnología disruptiva y que vaya a beneficiar a toda la humanidad no necesariamente se traducirá en un Moat para la Empresa ni tampoco en buenos rendimientos para el accionista.
Todo dependerá de muchas variables, entre ellas:
A Kodak le pasó algo similar cuando Steven Sasson inventó la primer cámara digital como parte de un proyecto dentro de la empresa que le habían asignado. Los directivos al inicio desestimaron su importancia y después la rechazaron completamente porque competiría directamente con su principal negocio que eran la venta de rollos para cámaras.
Aunque Kodak sí ganó dinero durante muchos años gracias a la patente(1977), la verdad es que eso no fue suficiente para salvarla de la quiebra en 2012. Otras compañías aprovecharon mejor la tecnología disruptiva.
Las empresas en industrias con altas tasas de cambio casi siempre fracasan no porque quieran evitar un cambio disruptivo, sino porque son reacias a adoptar nuevos mercados prometedores que podrían socavar sus negocios tradicionales y que no parecen satisfacer sus requisitos de crecimiento a corto plazo.
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