"Lo veo, me gusta y me apunto al carro!". Quizás estas son las razones principales porque plataformas sociales como eToro tengan éxito. La start up ofrece un entorno social donde sus usuarios pueden seguir a los mejores traders y copiar automáticamente su operativa.
Hace una semanas me ofrecieron la oportunidad de dar mi opinión en “'Social Trading': copiar a otro inversor parece buena idea, pero ¿en manos de quién pongo el dinero?”sobre lo que representan estos medios para las finanzas.
Mi aportación, dónde recuerdo que el arte de invertir aún requiere gran parte de trabajo artesanal, queda casi obsoleta y anticuada cuando hay una disposición natural a dejar que la tecnología ensalce algunas habilidades, que puede que no tengamos.
La "inteligencia de masas" es la teoría que respalda los procedimientos que ofrece eToro y lo cuenta en un vídeo introductorio. Si Charles Mackay nos advirtió hace más de un siglo de los peligros de los delirios multitudinarios, en el famoso libro Extraordinary Popular Delusions and the Madness of Crowds, parece que la tecnología apareció para solventar un fenómeno que se sucede continuamente en los mercados.
LA INTELIGENCIA COLECTIVA
Hay disciplinas dónde la fuerza de la colectividad es una ventaja real.
El organismo de búsqueda de inteligencia extraterrestre de la NASA, conocido por el acrónimo SETI, fue de los pioneros en pedir la colaboración en línea para descubrir si hay “algo” en las estrellas.
El proyecto conocido como SETI@home proponía a los participantes que se descargaran un programa, con salva-pantallas incluido, y usaba los recursos libres del ordenador para descifrar datos obtenidos con radio telescopios. Para un solo ordenador este proceso puede llevar años; la colaboración en línea acelera el proceso.
Un papel parecido tienen los “mineros” de BitCoin. Estos ofrecen la capacidad de su ordenador para que descifre las transacciones ejecutadas con esta divisa electrónica.
Tanto SETI como BitCoin son lo que se llama proyectos de computación distribuida. Cada nuevo ordenador acelera el proceso a ejecutar; estos sistemas son la larva de lo que conocemos como inteligencia colectiva.
El proyecto Hunch fue más allá. Esta start up, que terminó absorbida por la casa de subastas eBay por 80 millones de dólares, tenía como objetivo conocer los intereses de sus usuarios mediante su plataforma social.
A través de un excelente sistema de juegos, la página preguntaba cosas totalmente dispares a los participantes, como el color de su coche o qué desayuno tomaban por las mañanas.
Hunch aplicaba el data mining a toda la información acumulada para vincular grupos y perfiles con productos específicos; como libros, películas, música... El sistema aprendía y a medida que completaba el perfil de un usuario podía realizar recomendaciones muy precisas.
Por ejemplo, podía recomendarte la serie "Los Soprano" aunque nunca hubieras mencionado que gustase el tema de la mafia. Pero, quizás, si que lo hubieran hecho los miles de personas que, como tu, se fumaban un cigarro después de comer.
Aunque se parezca, remotamente, al programa de propuestas de Amazon, Hunch era diferente.
REDES INTELIGENTES EN EL MUNDO DE LAS FINANZAS
Invitar este sistema de inteligencia colectiva al mundo de las finanzas es complicado. Agrupar las decisiones de los inversores, y además recomendarlas, puede afectar directamente al precio que se está observando. Es lo que tienen las ciencias sociales: los datos no solo son observables sino que también los modificamos si tomamos decisiones.
StockTwits, el twitter de la bolsa de Estados Unidos, indica que a Netflix le siguen 7.708 usuarios, mientras que a la compañía logística Radiant Logistics solo hay tres cuentas vinculadas. Mientras que la tecnológica atrae a la comunidad financiera, y esta puede influir en su cotización, el segundo debe destacar sus noticias y fundamentales para llamar la atención.
¿A eso le llamamos inteligencia?
El sistema de copy trading de eToro permite copiar la operativa de los mejores. Los que están inscritos en su comunidad, por supuesto. Es algo parecido a lo que hacemos algunos cuando, antes de invertir, seguimos las estrategia de algún hedge fund o nos fijamos en una inversión específica.
Confucio nos dejó la frase "Dale un pez a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá siempre". La plataforma social no solo da el pez, sino que lo da y además masticado.
Para el novato es como un juego. La oferta es barata; hay productos sintéticos como CFDs sobre divisas, sobre acciones... El acceso a activos de este tipo favorece la etiqueta de "democracia de los mercados" ya que, según la misma compañía y comentarios de otras páginas, todo el mundo tiene acceso a las finanzas. No importa el precio.
Es verdad, el mercado debe ser democrático. Pero "ser barato" no es la condición sine qua non de una democracia. En mi opinión, lo es el conocimiento. Este debe estar en manos de todos los participantes y que nadie se encuentre por encima de los demás. Ni una empresa, ni un trader, debe albergar más información que otros.
Seguir ciegamente a un señor que dice tener una rentabilidad de un 100% - con el sesgo del superviviente que supone creer en eso – es otorgarle voluntariamente un papel de pequeño dictador de nuestras finanzas a un completo desconocido.