Para estar en bolsa lo primero es no tener miedo.
El miedo a perder es el principio del fin, el camino que lleva a la derrota.
Alguien que opere con miedo acabará siendo su víctima, por mucho que sepa de técnico y fibonaccis, por mucho que entienda los fundamentos de las empresas que tiene en cartera y los mercados en los que opera.
Si sientes miedo no deberías invertir, porque ese miedo es la herramienta más poderosa que el mercado usa para enriquecerse a tu costa.
Al mercado se va con una estrategia, con un control del riesgo, con todos los indicadores que se quiera, pero sin miedo.