Las recientes subidas en Wall Street no me han despejado las dudas que mantengo respecto a este arranque alcista. Mi sistema de inversión me dice que no es bueno y aunque a veces se equivoca yo tengo la costumbre de respetar sus decisiones, más aún cuando se trata de salir de un lateral que parece eterno y en el que a pesar de la mejora seguimos inmersos.
Pero mis dudas tienen algo más que ver con el comportamiento de varios de los indicadores de amplitud que con el precio en sí mismo. Veamos un par de gráficos:
Aquí tenemos al Oscilador McClellan en la parte superior, que sigue reflejando potencia y ha superado una teórica línea crítica en la sesión de ayer. Complementariamente, el Indicador Direccional aplicado a la Línea AD, que podemos ver en la parte inferior, nos ha dado señal de entrada con un día de retraso respecto al oscilador, pero la ha dado.
En este gráfico es donde surgen más dudas. El indicador superior es un simple RSI aplicado a la Línea AD y está justo en la frontera que separa el bien del mal. Ha tenido una mejora notable, en la misma línea que la del precio así que no hay alarmas adicionales, pero al igual que con el RSI normal, la confluencia con las líneas chartistas en el RSI de la Línea AD suele ser un punto propicio para retrocesos de corto plazo. Ahí es donde se mide realmente la fortaleza de una salida al alza y estamos justo en el momento de hacerlo.
Complementariamente, la Línea ADn que representamos en la parte inferior y que es un estocástico suavizado de la Línea AD, también nos ha dado su señal con un día de retraso, lo que no tendría mayor importancia de no ser porque le queda mucha distancia hasta la línea punteada en rojo. Habitualmente, la señal de este indicador coincide en el tiempo con la del Oscilador McClellan y la refuerza y suele salir al alza de forma más vehemente que el propio indicador, lo que no ha sucedido en esta ocasión.