Si las tarjetas "black" fueran la excepción

15 de octubre, 2014 Incluye: BKIA 2
Autor de TheMoneyGlory.com y aprendiz de alquimista.
Autor de TheMoneyGlory.com y aprendiz de alquimista.

Anonadados nos quedamos, hace unas semanas, cuando descubrimos que los antiguos componentes del consejo de administración y directivos de Caja Madrid, y después Bankia, habían recibido una extraordinaria compensación a través de tarjetas premium.

Lencería fina, pijamas, masajes, viajes, fiestas, cenas, bebidas alcohólicas… Los directivos del banco que un día acabaría rescatado por el estado, no escatimaron en gastos dudosos.

Desde la perspectiva histórica que ya conocemos la evolución del desastre esto nos cuenta un poco más lo que sucedía en el interior de la institución. Nos repulsa y nos indigna. Pero no explica la optimista inversión en propiedades inmobiliarias o la fusión de malos negocios. Los directivos y consejeros, como tantos ejecutivos de cajas de ahorros, se repartieron el dinero cuando la orquesta ya tocaba la última serenata.

William D. Cohan nos cuenta en “House of Cards” – la novela, no la serie -, como el director ejecutivo de Bear Stearns, "Jimmy" Cayne, sustituyó su obligación por su afición al bridge. Lo demostró en momentos cruciales de su carrera. Primero, cuando los hedge funds de Stearns se colapsaron en 2007, Cayne estaba en las ultimas series de un campeonato en Nashville

En marzo de 2008, otra vez, mientras el directivo principal de Bear Stearns estaba incomunicado en un torneo de bridge en Detroit, en Wall Street se desataba el pánico porque el banco de inversiones estaba al borde de la bancarrota.

La profesionalidad de Cayne le encumbró al número 4 de los peores directivos de todos los tiempossegún la CNBC. Después de Dick Fuld, director de Lehman Brothers, o el responsable de Enron, Ken Lay; el diablo empresarial en persona. 

Por increíble que parezca, ellos son la punta del iceberg. Si Bear Stearns no hubiera apalancado su patrimonio en activos vinculados al mercado inmobiliario, quizás Cayne seguiría combinando su cargo con más torneos de cartas. Quién sabe si las tarjeta black de Bankia seguirían pagando la lencería de las mujeres de algunos consejeros, si no se hubiera hundido.

Eso no justifica el comportamiento de estas cúpulas de poder, pero indica que la correlación entre mala praxis e historia empresarial no es totalmente positiva, y que hay otros tantos cargos ejecutivos, actualmente en activo, que tienen muchas necesidades que cubrir y muchos recursos disponibles por gastar. 

Los Proxy Statements que emiten las compañías son una muestra incalculable de cómo las empresas de Wall Street gastan el dinero en los recursos humanos aventajados. En este documento se muestran todos los pagos; sueldos, bonus, pagos en especie, que reciben los ejecutivos. La página Footnoted hace un trabajo excelente recopilando "lo mejor" de estas peores prácticas.

Hertz, por ejemplo, lleva medio año sin presentar sus cuentas. Quizás al director financiero Thomas Kennedy no le corra prisa rehacer los resultados de los últimos tres años, pues como ejecutivo cobra 660.000 dólares, de salario base. Pero como ex-empleado de la cadena de Hoteles Hilton ya recibe una retribución generosa de 1,06 millones de dólares anuales.  

Ron Johnson tuvo una experiencia similar a Rodrigo Rato. Si el ex-ministro pasó de Criteria a Bankia, Johnson pasó de Apple a JC Penney, y le compensaron por ello. Con un único objetivo de reflotar la cadena de distribución, al antiguo directivo de tiendas de la empresa de Cupertino le establecieron un salario de 1,5 millones de dólares, le ofrecieron opciones de compra por valor de 50 millones de dólares y un bonus de un 125% de su sueldo base si cumplía con su cometido.

El perspicaz analista de Needham & Co., Charles Wolf, indicó en el New York Times que Johnson "no necesitaba verdaderamente el dinero”. Nadie lo hubiera dicho!

Pero el informe en el que Footnoted no escatimó elogios fue para Apollo Group. La etiquetó la “Peor footnote del 2013” y se trata del anuncio de nombrar chairman emeritus al director John Sperling.

Según Footnoted, el comité llegó al acuerdo de destinar 5 millones de dólares para el retiro de su directivo. Durante sus diez años de mandato Sperling ya cobraba 850.000 dólares anuales de compensación. A la indemnización, Apollo le añadió 71.000 dólares mensuales, como parte de una compensación vitalicia. Además, dos coches que usaba para ejercer la función de su alto cargo pasaron a ser de su propiedad. 

Por si todo eso fuera poco, John Sperling mantiene una participación de 11,4 millones de acciones, equivalentes a 274 millones de dólares, según la cotización actual.

Si las tarjetas black le escandalizan, imagínese todo lo que puede encontrar si empieza a buscar un poco. Como contribuyente, como accionista o como empleado no le benefician en nada. 

Hay directivos honestos y que su esfuerzo justifica su remuneración. Pero a otros no. Gastan recursos que no tienen o emplean el tiempo laboral en comidas, a cargo de la compañía, que no tienen ninguna repercusión en su negocio.

¿Acaso sabe usted en qué gasta su jefe su tarjeta black ahora mismo?

Usuarios a los que les gusta este artículo:

Este artículo tiene 2 comentarios
antiguo usuario
A mi lo que me llama la atencion es la cara de tonto que ponen todos sobre todo Arturo este me dio hasta pena, me recuerdo a mi mismo cuando me para la policia lo unico que se me ocurre es poner cara de tonto.
15/10/2014 21:05
Escriba un nuevo comentario

Identifíquese ó regístrese para comentar el artículo.

Síguenos en:

Únete a inBestia para seguir a tus autores favoritos