Ya disponemos de las primeras referencias sobre la actividad en el cuarto trimestre del año (4T15) que apuntan a una mayor ralentización del PIB. Son indicadores de confianza sujetos a margen de error pero que coinciden en apuntar que la desaceleración del tercer trimestre (ver artículo publicado ) tendría continuidad en el último del año.
Como punto de partida y a la espera de que mañana se conozca la primera estimación del PIB por parte del INE, tomaré la del Banco de España (BdE) que estima un crecimiento del 0,8% trimestral tras un 1,0% en el segundo trimestre de 2015. En los últimos trimestres y por lo general, ambas previsiones (BdE e INE) coinciden aunque en alguna ocasión la del INE ha sido una décima superior.
Como primera referencia, los índices PMI (Purchasing Managers Index que publica Markit) tanto de manufacturas como de servicios del mes de septiembre (tomando como hipótesis adelantar la serie de los PMI en un mes) apuntan a una ralentización del PIB en 4T15 de hasta el 0,5%.
Sin embargo, hay que considerar que faltan aún dos meses más como referencia, siendo posible que en el mes de octubre el PMI ponderado (resultado de sumar los indicadores de manufacturas y servicios ponderados en base a su peso en el VAB o Valor Añadido Bruto), mejore sobre el dato de septiembre.
¿Por qué podría ser superior? Hay creo dos motivos: 1) Markit en el avance del dato de octubre para la eurozona anticipa una ligera mejora de lo que denomina "resto" (es decir, excluyendo a Alemania y a Francia, que en la práctica principalmente son España e Italia), y 2) los indicadores de confianza de la industria y los servicios publicados por la Comisión Europea del mes de octubre si bien descienden sobre los de septiembre, se sitúan por encima de sus respectivos PMI tras la notable corrección de septiembre de estos.
Por otro lado, el componente de desempleo de la confianza del consumidor (también publicado por la Comisión Europea) del mes de octubre señala un menor crecimiento del empleo (i.e. afiliaciones a la seguridad Social) en el cuarto trimestre. En este caso la desaceleración en la actividad (las afiliaciones son a su vez un buen termómetro del PIB) es menor que lo que anticipan los PMI. La próxima semana tendremos la primera referencia del cuarto trimestre de las afiliaciones con el dato de octubre para poder comprobar su evolución.
Por último, la cartera de pedidos a la exportación según encuesta realizada por el Ministerio de Economía, anticipa un menor crecimiento de la demanda externa de bienes en el cuarto trimestre del año.
Esta desaceleración sería consistente con la ralentización del comercio mundial, en especial por el menor crecimiento en las economías emergentes. La exposición directa de las exportaciones españolas a economías emergentes no es elevada (sí lo es más con la evolución de la demanda de bienes de consumo de la eurozona), pero en un entorno de ralentización global, y si se mantiene, lo lógico sería que las ventas al exterior acaben viéndose afectadas. De hecho, la ralentización que identifica el Ministerio de Economía en su encuesta afecta a todas las regiones con la única excepción de América del Norte.
Por otro lado, con la encuesta tenemos solo una parte de las exportaciones, pues no incluye las de servicios (turismo, servicios de transporte o servicios empresariales ..) que en los últimos trimestres tiene una aportación positiva (y menos errática que las exportaciones de bienes) al PIB.
En resumen, los indicadores de confianza, aunque no son más que referencias cualitativas sobre la actividad, creo que son de utilidad para prever la tendencia del PIB. En el caso concreto del cuarto trimestre, apuntan a una mayor ralentización posiblemente no a niveles del 0,5% y sí más cerca del 0,8%.