Estamos cometiendo un error de perspectiva, yo el primero. Estamos regodeándonos en la recesión inminente, y no vemos que está inserta en una tendencia que Larry Summers denominó “Secular Stagnation”, y que poco a poco se va cargando de razón.El problema no es que si la inversión de la curva, o los tipos excesivamente negativos. El problema es el que refleja el simple gráfico:
Desde el año ochenta, vivimos una decadencia prolongada de los tipos de interés. Detrás de esto hay una prolongada decadencia de la economía occidental, que Summers cifra en la caída secular de la productividad, de la población, de la inversión, que quedan camufladas por otros indicadores como la tasa de paro, que no es muy significativa fuera del ciclo y si no se considera, por ejemplo, la caída de la población activa, ésta si con repercusiones a largo plazo.
La tendencia que hace ya siete años definió Larry Summers no ha hecho más que confirmarse. La recesión que intentamos cazar en nuestro radar está dentro de esa Secular Stagnation. Habrá recesión, o no, como dice Martin Oro, pero lo que hay bien visible es un rechazo creciente a la inversión productiva con riesgo (obviamente, no me refiero a la especulación bursátil), y un sesgo creciente hacia los meandros de una seudo inversión financiera que se retroalimenta a sí misma gracias a los bancos centrales, como el BOE de Mark Carney.
Sin embargo, éstos no pueden hacer otra cosa (bueno, sí, como expliqué aquí). Es más, la inflación ha desaparecido, aunque las mentes de muchos siguen ancladas en ese foco. Un poco más de inflación sería un signo de vitalidad, aunque podría ser cercenado por el celo de algún banquero central como
Contra la decadencia poblacional, que arrastra consigo todo lo demás, sólo se puede ofrecer más inversión que aumente la productividad. Difícil papeleta para unos gobiernos corruptos, mal preparados para plantearse cuestiones a un horizonte temporal mucho más allá del ciclo electoral, y además a la trepa cortoplacista.
Habrá recesión dentro de la Sec. Stagnation, y recuperación también dentro de ésta, pero no habrá un planteamiento, no ya solo mundial, contra la Decadencia Occidental indubitable.
Y que no se hagan los “austriacos” la ilusión de ganar la partida y reinstalar el patrón oro como santo grial. Eso sería más contra producente todavía. El patrón oro no va a devolver la confianza a los inversores. El pasado, pasado es. La historia nunca se repite.