Nuestro entorno es dinámico y cambiante, diariamente nos enfrentamos a paradigmas que antes dábamos por sentados y que ahora son fácilmente derribados gracias a las nuevas tecnologías, a nuevas formas de pensar o simplemente debido a nuestra propia capacidad de ingenio; recordemos que hace un poco más de un milenio creíamos que el centro del universo era el planeta tierra, hace tan solo quinientos años pensábamos que la tierra era plana, hace menos de cien años pensábamos que la especialización de funciones y la línea de producción eran el futuro de las organizaciones y hoy nos enfrentamos a la creencia que la única forma que existe para generar riqueza es laborando ocho horas al día en una oficina esperando el pago de una quincena, quizá para muchos esto sea cierto, pero para otras personas la riqueza es la capacidad continua de convertir su talento en dinero y a su vez lograr que ese dinero se convierta en su empleado, es decir, hacerlo una herramienta útil para generar mayores ingresos, es cierto, eso es posible, tenemos la tecnología a nuestro alcance para construir alternativas que nos permitan virtualizarnos y generar ingresos sin que nuestra presencia sea requerida, sin embargo seguimos anclados a un pasado glorioso donde la reina era la industria y no el conocimiento, somos producto de un sistema educativo estructurado para producir empleados y no pensadores, pasamos nuestros días creyendo que la única alternativa de vida que existe es laborar en una gran compañía, comprar una casa y contraer matrimonio, sin pensarlo caemos en el truco y seguimos la misma tradicional receta pensando que con ella alcanzaremos el éxito, sin embargo estamos equivocados, porque en aras de seguir esta receta, dejamos pasar muchas oportunidades y el principal factor para adquirir riqueza es sencillamente uno: “Ser Oportuno”, de lo contrario nos convertimos en expertos en vivir nuestra vida en el pasado y hacemos del “qué habría pasado si…”nuestro lema de batalla…
Nos condenamos a intercambiar nuestro mayor activo “El tiempo” por dinero y lo hacemos mal, convencidos de que estamos haciéndonos ricos cuando por el contrario cada día somos más pobres, porque la quincena en lugar de enriquecernos contribuye mes a mes a llevarnos a un estado de castración mental, donde nuestras ideas se arrinconan sencillamente porque ya están satisfechas nuestras necesidades básicas, cuando por el contrario es donde deberíamos ser codiciosos y buscar cada día lo mejor para nuestras propias vidas, seguir la filosofía de Gordon Gekko pero sin caer en la trampa de la ilegalidad, porque ser rico no es sinónimo de ser ladrón sino el producto de una estrategia y una mentalidad que nos permita estructurar nuestro pensamiento en torno del logro de un objetivo, ser rico es sinónimo de “Visionario”, es ser capaz de identificar aquella vaca extraña en nuestro hato ganadero y convertirla en toda una vaca lechera que podamos clonar para incrementar nuestros ingresos.