Roger Farmer y los mercados bursátiles

31 de mayo, 2018 2
Treinta años Economista Titulado del Banco de España. Economía internacional. Autor del blog "Decadencia de Occidente", blog sobre los estragos... [+ info]
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Unos párrafos de Roger Farmer sobre la necesidad de suavizar las fluctuaciones de los mercados de acciones. A muchos de este blog no les va a gustar, pero estoy de acuerdo con el diagnóstico.

El beneficio del intercambio libre es capturado por los economistas en la teoría del equilibrio general. Esa teoría, desarrollada por Walras y Pareto en el siglo diecinueve, es atemporal. El mercado tiene lugar en un solo punto en el tiempo. En la macroeconomía moderna, el intercambio tiene lugar en una secuencia de mercados y los intercambios que realizamos están con personas que quizás nunca hemos conocido. Cada ser humano está conectado con todos los demás seres humanos del planeta. Desde los centros urbanos de Londres, París, Tokio y Nueva York a áreas remotas como la selva tropical brasileña y el interior de Australia; estamos conectados por el libre comercio en los mercados. Y a través del libre comercio en los mercados de capitales, estamos conectados con personas que aún no nacieron. La idea más importante que surgió de Adam Smith es, en las palabras inmortales de Gordon Gekko, que 'la codicia es buena'. El comportamiento egoísta de las personas codiciosas que buscan mejorar sus propias vidas mejorará, inevitablemente, la vida de todos los demás en el planeta. Esa idea está encapsulada en el primer teorema de bienestar de la economía, que explica por qué los mercados, la mayoría de las veces, funcionan bien. Entonces, ¿por qué esa idea no se aplica también a los mercados financieros? La respuesta es simple. Para que los mercados funcionen bien, todos los afectados por los movimientos de los precios deben poder comerciar en esos mercados. El primer teorema de bienestar no se aplica a los mercados financieros porque no todos están vivos para participar en ellos. No podemos comerciar en mercados que se abren antes de que nacemos. En mi trabajo publicado, muestro que el hecho de que no podemos asegurar el estado en el que nacemos puede explicar por qué los mercados son tan volátiles. Los mercados suben y los mercados bajan simplemente porque la gente se entusiasma con oleadas de optimismo u oleadas de pesimismo. La mayoría, si no todos, los movimientos bursátiles son causados por olas contagiosas de profecías autocumplidas y todos estaríamos mejor si fueran eliminados por la intervención del tesoro o del banco central.

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Este artículo tiene 2 comentarios
Yo el primero: los mercados están buscando caminos de progreso a ciegas, con información limitada, a veces se equivocan; por otra parte el empuje del ser humano y de los grupos humanos se logra por las emociones, a ver sinó como hubieramos cazado mamuts hace 10.000 años y sobrevivido! pues en los mercados pasa lo mismo...
31/05/2018 20:05
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