Como viene siendo habitual, estamos viviendo un verano con incremento de volatilidad y con los mercados de renta variable perdiendo todo lo ganado en los primeros meses del año. A modo de ejemplo, en los últimos veranos estas son las correcciones del Eurostoxx 50:
- 2014: el Eurostoxx 50 ha corregido un 10.5% desde el 19 de junio hasta el 8 de agosto.
- 2013: Desde el 28 de mayo al 24 de junio corrigió un 12.5%.
- 2012: El verano fue positivo. Sin embargo las correcciones vinieron en el segundo trimestre. Desde el 19 de marzo al 4 de junio corrigió nada menos que un 21.5%.
- 2011: Desde el 1 de julio hasta el 26 de septiembre la corrección fue de nada menos que un 33%.
- 2010: Fue otro verano positivo con correcciones en el segundo trimestre. La caída desde el 16 de abril al 25 de mayo fue del 19%.
Es decir que en los 5 últimos años a pesar de estar en una fase alcista de los mercados de renta variable, cómo se aprecia en el siguiente gráfico de la evolución del MSCI WORLD, ha habido fases de grandes correcciones, sobre todo en la renta variable europea.
Precisamente en este gráfico del MSCI WORLD, se aprecia que la semana pasada este índice rebotó justo en el primer soporte significativo que se ha encontrado. En los mínimos de hace dos semanas y de la semana pasada estaba la directriz alcista que une los mínimos desde 2012, los máximos de principios de año y los máximos históricos de 2007. A priori, a la vista del gráfico, no hay duda de que la renta variable global siguen en una clara tendencia alcista. Sin embargo, los índices europeos son los más débiles una vez más. La revisión a la baja de las expectativas de crecimiento tras los débiles datos sobre todo de Francia e Italia y el menor crecimiento de Alemania han puesto en duda la salida de la crisis de Europa. El bono alemán cotizando por debajo del 1% por primera vez en la historia y la caída en julio de la inflación de un 0.7% para tener una anual del 0.4%, invitan al pesimismo, o bien a que el BCE sea más explícito en sus próximas reuniones.
En los siguientes gráficos de los principales índices europeos se aprecia la debilidad comentada. Comenzando por el Ibex, se aprecia que aunque seguimos claramente en el canal alcista iniciado en 2012, se ha perdido este verano la media de 500 semanas que antes del verano considerábamos principal soporte para nuestro índice (zona de 10.550 puntos). No obstante, los mínimos de la semana pasada coinciden con la media de 50 semanas y ahí se podría generar un rebote en nuestro índice. No obstante, desde el punto de vista técnico, mientras no se supere al alza este nivel perdido de 10.550 puntos hay que extremar las precauciones, ya que hay riesgos de que se busquen soportes más relevantes desde el punto de vista de largo plazo. En 9.700 tenemos los mínimos del año y la directriz alcista y en la zona de 9000-9.200 están la zona de máximos y mínimos relevantes de los últimos años y la media de 200 semanas. Así que para incrementar riesgos, mejor esperar a la superación del 10.550 o la caída a los niveles comentados.
Evolución del Eurostoxx 50: También ha perdido la media de 500 semanas que además coincidía con la de 50. No obstante, en la zona entre 2.850 y 3.000 puntos confluyen importantes soportes (mínimos y máximos relevantes de este año y del pasado y la directriz desde verano del 2012). Al igual que con el Ibex, en tanto no recupere la zona de 3.100 puntos (medias móviles y máximos de 2.011), no quedarán despejadas las dudas bajistas y hay que extremar las precauciones.
El DAX 30 alemán es otro de los índices que han corregido con fuerza. Aunque ha rebotado en el primer soporte claro (zona de mínimos del año y directriz alcista) ha perdido la media de 50 semanas fallando en su intento de superarla la semana pasada. En tanto no se supere el 9.350 seguirán las dudas y habrá que extremar precaución. Por abajo, desde el punto de vista técnico, un cierre semanal por debajo de 9.000 puntos abriría el camino bajista hasta la zona de 8.000 puntos que es la zona de máximos históricos de 2007.
No obstante, y para generar algo de optimismo, ya ha terminado la temporada de publicación de resultados empresariales del segundo trimestre con resultados mejor de lo esperado (aunque no hayan sido del todo buenos) para el Eurostoxx 50. Las compañías europeas han mejorado en su conjunto las ventas en un 1,28% respecto a lo estimado y en beneficios en un 10,83%. Además, en el estudio que solemos hacer diferenciando las operaciones de más de 10.000 títulos y las de menos, que solemos identificar con el comportamiento de las manos fuertes y débiles, se aprecia que los grandes inversores no han acompañado la caída del mercado vendiendo, sino que han incrementando el saldo comprador.
Evolución del saldo comprador en el año de las operaciones de más de 10.000 títulos en el Eurostoxx 50. A pesar de las fuertes caidas del mes de agosto, el saldo comprador hoy es más alto que el que había en los mínimos de julio. Este tipo de inversores han aprovechado las rebajas para comprar.
Evolución del saldo comprador en el año de las operaciones de menos de 10.000 títulos en el Eurostoxx 50. Todo lo contrario que el anterior. Se han dejado llevar por el pánico y en las caidas de agosto han llevado el saldo a mínimos del año. Estos inversores no han aprovechado la corrección, sino que han vendido en los mínimos de las dos últimas semanas. Es significativo cómo en el último tramo al alza de julio las manos fuertes sí que vendieron y estos inversores tenían el saldo comprador más alto de los últimos meses.
Lo mismo ocurre en Alemania. El saldo comprador de las operaciones de menos de 10.000 títulos están en mínimos del año….
….mientras que los inversores de más de 10000 títulos han aprovechado claramente la corrección del mercado para incrementar el saldo comprador.
Del resto de mercados poca novedad. Los índices americanos siguen en su clara tendencia alcista acompañados una vez más por buenos datos macro y resultados empresariales. Este trimestre las ventas de las 500 empresas del S&P500 han mejorado un 4.4% y los beneficios un 9.5% (bastante mejor que los trimestres previos). En cuanto a emergentes, no se han contagiado de la debilidad de Europa y mantienen intacto el potencial alcista. El MSCI Emerging markets, recuperó la semana pasada todo lo perdido y se mantiene a las puertas del nivel clave de 1.080 puntos cuya superación abriría la ventana alcista hasta la zona de 1200 puntos.
Fuera de la renta variable, no hay grandes novedades. El euro frente al dólar se mantiene estable, y sí que hay que destacar que la renta fija, fruto de los problemas geopolíticos se ha ido de nuevo a mínimos históricos en rentabilidad, sobre todo el bono alemán. Cotizan por debajo del 1%, rompiendo el soporte de mínimos desde 2012. Mientras no recupere el nivel de 1.15% el bono seguirá teniendo implicaciones bajistas para los activos de riesgo.
Y es que como es habitual, la bajada del la rentabilidad viene claramente acompañada por la bajada de la inflación. En el siguiente gráfico se observa que el diferencial entre el bono e inflación es similar en Alemania y Estados Unidos. En tanto no consiga el BCE que repunte la inflación, no se puede pensar que repunten los tipos de interés del bono alemán. Sólo en la caída de Lehman y crisis de Grecia estos diferenciales han cotizado más bajos que ahora.
Materias primas también está bastante estable y destaca el fuerte repunte otra vez en zona de mínimos históricos del Baltic Dry Index, que podría adelantar la mejoría de la demanda de materias primas a futuro.
En definitiva, el panorama para lo que queda de verano, ofrece incertidumbres, sobre todo en los índices europeos. Pero a priori, viendo el comportamiento del resto de índices mundiales, no parece probable que estemos ante el inicio de un gran cambio de tendencia de la renta variable global, sino más bien ante una desaceleración de Europa que meterá presión al BCE para que actúe. Esa presión es la que podría generar el rebote de los índices europeos. El problema es que es pronto para saber si los mínimos de la semana pasada son buenos o el mercado irá a buscar mínimos más abajo. De ahí que recomendemos extremar precaución.