Este año está siendo realmente apasionante. Hemos transitado por caminos tortuosos a principios de año donde la mejor carta de presentación de una empresa consistía, básicamente, en no ser de origen o nacionalidad española, salvo raras excepciones por supuesto. Después, hemos pasado a considerar, prácticamente, cualquier empresa del mercado continuo español como maná del cielo. Sólo tenemos que ver las compras por parte de actores internacionales de la banca de inversión, ya sea Credit Suisse, JP Morgan, Morgan Stanley u otros. Ya no importa lo pequeña que sea la empresa o la deuda contraída. Estas grandes firmas han apostado, claramente, por todo lo español con la promesa de beneficios jugosos y rápidos.
Ahora nos encontramos en el reverso de la moneda. Todo es luz donde antes todo eran tinieblas. Es comprensible teniendo en cuenta que han sobrevivido las más fuertes, más subvencionadas o simplemente las que han tenido una mayor fortuna. Y, ahora, con una probable recuperación o al menos el apoyo de un fondo que acabamos de tocar, la probabilidad de grandes beneficios ante una apuesta a todos los números de la ruleta española parece la opción más lógica en términos económicos. Sólo un mercado norteamericano a la baja podría frustrar las subidas.
¿Y ahora qué?
La semana pasada la decisión de la Reserva Federal sorprendía a todos e impulsaba las subidas. Como en tantas ocasiones tras la euforia inicial en los primeros días los mercados reaccionaban a la baja. El optimismo era máximo y posiblemente excesivoa la vez que peligroso dado el alto nivel de sobrecompra. Los medios se hacían eco de las bondades de las bolsas con revalorizaciones espectaculares, una señal inequívoca generalmente de caídas inminentes. Sólo ser la niña mimada de Europa salvo al IBEX35 de una caída anunciada el pasado viernes.
Ahora, el optimismo de una Europa estable con la elección de Merkel puede sacudir a los mercados. Pero, un segundo pensamiento podría seguir a esta euforia, estaba descontado que Merkel ganase las elecciones. ¿Una caída a continuación? Realmente, esto no deja de ser pura especulación teniendo en cuenta que los mercados son soberanos y a veces incluso caprichosos en el corto plazo.
Por otro lado, EEUU vuelve a pasar de un extremo a otro. Primero una de cal y luego otra de arena. Una noticia teóricamente buena para las bolsas como es el retraso de la retirada de estímulos y una noticia a continuación mala como es el desacuerdo entre partidos políticos sobre la ampliación del límite de gasto. Produciéndose bandazos en los mercados que, bien aprovechados, podrían reportar pingües beneficios. Finalmente, estoy convencido de que llegarán a un acuerdo in extremis o tras una prórroga o... pero el acuerdo llegará porque no tienen otra opción. Sólo se trata de un juego político para conseguir un buen acuerdo entre Republicanos y Demócratas.
La excusa perfecta
Aunque los tiempos son ajustados, ya que el plazo para llegar a un acuerdo finaliza el 30 de este mes de septiembre para el gasto del Gobierno Federal y finales de octubre para el techo de la deuda, en mi humilde opinión, las dudas sobre un acuerdo en relación a estas ampliaciones serían la munición perfecta para que los mercados recortasen.
No obstante, observaremos el curso de los acontecimientos como meros espectadores ya que la capacidad de decisión que nos corresponde no incluye el devenir de las bolsas, éstas tienen vida propia. Y, como siempre, habrá que seguir a los mercados en lugar de intentar cambiarlos con objeto de aprovechar las oportunidades si es posible.
Auguro una semana interesante. Suerte a todos.