Por fin llegaron las alegrías al Ibex. Después de 3 largas semanas en un lateral con elevado riesgo por la importancia de los soportes que defendía, consiguió romper ayer por arriba. Y, como suele suceder en estos casos, se dirige rauda y veloz, en apenas un par de sesiones, a la siguiente resistencia. Pero si no hemos aprovechado la ruptura, lo mejor es que esperemos un poco más. ¿Por qué?
Primero, porque estamos apenas a 100 puntos de la siguiente resistencia, que es ni más ni menos que la bajista que viene desde julio del año pasado, y que no fuimos capaces de superar en abril. Puede que esta vez sea la buena, sí, pero aún no lo sabemos, así que lo normal es deshacer al menos parte de las posiciones al llegar allí (si estamos ganando) y esperar a la reacción que se produzca cuando llegue a esa zona, si es que estamos fuera del mercado.
Pero además de esa primera resistencia, a la que le doy un 60% de posibilidades de ruptura, el partido de los próximos meses para el Ibex se juega un poco más arriba: debe ser capaz de superar el último máximo relevante, los 9.360, zona donde además se mueve la media móvil de 200 sesiones. Solo así podremos esperar un futuro mejor repleto de toros y deberemos sacar toda nuestra artillería.
Es en estos momentos en que parece que todo invita al optimismo pero la situación de largo plazo no ha cambiado cuando más precauciones debemos tomar. Y me dirán con razón...¡si hasta el MACD acompaña! Pero como diría el señor Lobo de "Pulp Fiction"...una frase que no voy a reproducir aquí, pero viene a ser lo mismo que aquello de vender la piel del lobo antes de cazarlo, pero más groseramente.
De momento, la ruptura de ayer fue solo eso, la de una zona intermedia, y solo se puede interpretar como un primer paso hacia un escenario alcista de largo plazo que para confirmarse necesita mucho más. Y si deciden entrar a estos niveles, extremen la prudencia, limiten el tamaño de la posición y vigilen las señales que el mercado lance para deshacer posiciones. ¡Mucha suerte!
Feliz semana y feliz trading.