Resulta que la propuesta de Sánchez para abaratar el consumo de electricidad rebajando el IVA del 21% al 5%, se refiere sólo hasta la fecha tope del 31 de diciembre. Feijóo ha pedido que se mantenga para todo el,invierno, como es lógico.Ya saben los que me han leído que estoy en contra de luchar contra la inflación con rebajas fiscales. No sirve para nada, salvo para aumentar el déficit público, es decir, la deuda, y aumentar la inflación.
Pero en este caso es aún peor, porque la reacción normal de un sujeto al que le dicen que le van a rebajar el precio del fluido eléctrico para luego subírselo otra vez, en los meses más crudos, será ahorrar esperando esa remontada subida.
De todas formas si la objetivo de la medida es aliviar la carga fiscal transitoriamente, en busca de un efecto electoral, no creo que sea Muy efectivo. La política fiscal que estimule la economía debe hacerse con visión a largo plazo, suscitando expectativas de familias y empresas de que pueden descontar que el impuesto va a ser así siempre, para que puedan hacer sus planes con horizontes largos.
El BCE, tarde y mal, se ha puesto a subir los tipos de interés, cuando la inflación está disparada. Tratar de contrarrestar esto con políticas fiscales activas que suponen una reacción contraria y un aumento de la demanda de energía, que es lo que se quiere evitar. Si bajamos los impuestos al consumo de energía importadas estamos disparándonos un tiro en el pie, aumentando la demanda que queremos bajar, y subiendo su precio.
Si el IVA de la electricidad es excesivo, lo será siempre, no un invierno que acaba en diciembre. Si no es excesivo, debe mantenerse, o en todo caso buscarle su nivel óptimo.
Intentar fijar precios y rentas desde la burocracia acaba en desastre. Que se ayude presupuestariamente a los más más necesitados, pero que se respeten los precios para saber cuanto necesitamos ajustarnos el consumo.