Ayer el Real Madrid no mereció ganar la eliminatoria. Eso se dice por ahí, y algo de verdad hay, porque la temporada del Madrid ha sido pésima. Ahora bien, no entiendo la alineación de ayer. Dejar a Casemiro en el banquillo, sacar a Lucas Vázquez de lateral, y dejar deambulando casi todo el partido a Kovacic como sustituto de Casemiro, es jugar a la ruleta rusa o no tener ni idea de fútbol. Eso es lo que habría que preguntarle al entrenador Zidane, por qué esa alineación que le daba ventaja al juego de Bayern. El entrenador también juega, así que condicionó el partido a favor del Bayern. Pero otras cosas juegan, imponderables. El portero Keylor estuvo soberbio. La defensa del Madrid, horrible. La media del Madrid, inexistente. Para el Bayern era fácil hacer un corre calles con el balón y meter a cuatro jugadores en el área, que disparaban con bala, pero no lo consiguieron. Y luego el inmenso regalo del portero de ellos, ¡pobre, qué pesadillas va a tener! Debe estar echándose toda la culpa, pero los hados estaban con el RM, inmerecidamente, desde luego.
El fútbol no se entiende sin la suerte y el error humano. Errores incontables, más que aciertos, casi todos además fruto de un error precedente. Sin errores el fútbol sería previsible, como un modelo de Equilibrio General, perfecto y aburrido. El fútbol es más como la vida. Injusto, en mano de dioses que quieren divertirse con lo imprevisible.