Si algo me tiene que preocupar en el reciente parón que han experimentado los mercados (no lo llamaré corrección porque ayer lo hice y fui tildado de oportunista), eso es el mal perfil que los indicadores de amplitud revelan del fondo de mercado en Wall Street:
Vemos cómo el Oscilador McClellan ha entrado abruptamente en territorio negativo (lo que indica corrección). No ha necesitados grandes caídas en el precio para entrar en zona negativa, lo que deja bien claro que el fondo de mercado era mucho más débil de lo que los índices trataban de aparentar.
De hecho, hay dos cosas exclusivamente referidas a precios que deberían llamar a la reflexión. La primera, que el índice al que menos caso prestan las manos fuertes, el Russell 2000, llevaba cayendo varios días, de acuerdo exactamente con lo que reflejaba la amplitud del mercado. La segunda, que ni el S&P 500 ni el Dow Jones han conseguido en el arranque nuevos máximos relativos a pesar de que el S&P 500 los tuvo a tiro de piedra.
Tampoco es buena señal que en el impulso el CMO (Chande Momentum Oscillator) se haya quedado lejos del nivel +50 y ni siquiera haya sido capaz de romper con la línea trazada por los máximos del indicador. De hecho parece que es una auténtica resistencia.
Pero por si todo esto no fuera suficiente, tenemos al Momento de Mercado, también llamado Momento Weinstein, avisando de nuevo de peligro. La media exponencial de 200 periodos ya está en negativo, avisando de que si la media simple sigue el mismo camino las cosas se pueden poner muy complicadas.
Este indicador ya avisó el 29 de junio sobre el peligro, pero las medias se recuperaron. Ahora parece que vuelven a las andadas como consecuencia de la debilidad del fondo de mercado neoyorkino, muy superior a la que quieren reflejar los índices, manipulados hasta el extremo por los programas de recompra de acciones de las grandes empresas.
Entre tanto, en Europa, tenemos un panorama en el que el fondo de mercado parece más acorde con lo que están reflejando los índices:
Los gráficos del Dax y del Ibex nos muestran un panorama muy semejante. En ambos casos, el precio ha roto las figuras que se formaron en la anterior corrección y han marcado nuevos máximos relativos, un síntoma de que hay ganas y fuerza.
También en ambos casos (y en el resto de mercados de la Eurozona de los que tengo datos fiables), el Oscilador McClellan sigue en terreno positivo. Ha corregido desde las cotas conquistadas en la salida al alza, que en el caso del Dax eran las más altas del año, pero no han entrado en negativo con dos días de bajada como ha ocurrido en Wall Street.
El CMO ha logrado superar el nivel +50, lo que denota fortaleza e incluso a pesar de estar cayendo desde hace dos días no ha perdido ese nivel. En cuanto a la Línea de Avance / Descenso (Línea AD), el Dax logró cruzar la media al alza antes del parón del mercado. El Ibex, por su parte, no lo ha conseguido, pero el retroceso que experimenta en las cercanías de su media de control es moderado hasta el momento.
Y por si todo esto no fuera suficiente, el dinerito fresco del BCE terminará por llegar a la Bolsa porque no hay literalmente otro sitio al que ir si se quiere una mínima rentabilidad. Al otro lado del Atlántico, el pr0ceso de estímulos es exactamente el inverso y lo que ahora se plantean es subir los tipos de interés.
Estas razones me llevan a estar más preocupado por la situación en Wall Street que por la de Europa, aunque eso nos lleva a otro debate nada desdeñable y que ya planteé hace tiempo. ¿Será capaz Europa de subir sin que lo haga Wall Street? La historia está en contra del Viejo Continente...