En un artículo de “El Confidencial” hoy, JM Rallo pretende enseñarnos que las cumbres de clima tienen un efecto perverso, porque dan lugar al “Dilema del Prisionero”.
No estoy de acuerdo. Confunde este Dilema con el Dilema del Polizonte. El dilema del prisionero es al que se enfrentan dos Prisioneros incomunicados. Los captores les dicen por separado que si uno habla, éste sale en libertad y condenan al otro a la pena máxima, por ejemplo 10 años. Si no habla ninguno, condenaran a ambos a una pena menor, 6 años. Hay una tentación de cada uno a delatar al otro mucho más fuerte que la de cooperar y que ninguno hable. Por supuesto, si hablan los dos, ambos son condenados a la pena máxima. Es claro que Rallo se equivoca de etiqueta. De lo que habla es del Dilema del Polizón, consistente en que en los bienes públicos siempre existe la tentación de no contribuir, porque al fin y al cabo todos van a disfrutar del bien (una carretera, p.e.). Siempre habrá uno o varios polizones que usarán los bienes públicos e intentarán eludir su contribución a ellos. Por ejemplo, teniendo domiciliados en otro país su rentas y patrimonio.
Efectivamente, es el problema de las Cumbres, especialmente las del Clima. Ya se sabe de antemano que los países no democráticos ( que podríamos llamar ”rogue”), no van a cumplir su cuota de recorte a las emisiones a la que se han comprometido de boquilla. Rallo pone el ejemplo de China, o la India, países muy contaminantes, que si cumplieran sus compromisos, peligraría su industria y su economía.
En cambio, EEUU y Países europeos tienen una masa crítica electoral que cree en el Calentamiento global y exigen a sus gobiernos que cumplan. Ese condicionante es eficaz en el sentido que estos países sí cumplirán lo pactado en la Cumbre, hagan lo que hagan los otros, que se beneficiarán de ello sin cumplir. (Por cierto, ¿por qué no va Greta Thunberg a China a exigirles que cumplan? Será acaso porque su objetivo es superior al de una “mera” Cumbre a la que considera una farsa, o es que sabe que la encerrarían?)
Quien sabe. Lo que se sabe, y en esto le doy la razón a Rallo, que nosotros cumpliremos los objetivos, incluso competiremos a ver quién llega antes. Esto implica que aumentarán los impuestos, los gastos públicos, y los costes de producción que se sigue de las medidas que tome el gobierno. Y todo con la desaprobación de los Ecologistas Insatisfechos (Greta &co), que exigen poco menos que volver al Cromañón. ¿Cuanto acerbo artístico y cultural queda por dañar? Todo por la Fe.
Apunte final: yo lo llamaría el Dilema de la Socialdemocracia.