Rage Against The Machine vs. Paul Ryan:

8 de noviembre, 2012 0
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Fuente: Rolling Stone

A lo largo de nuestra vida nos vemos obligados a convivir con pequeñas contradicciones internas, contradicciones que pueden verse agravadas,  en el momento que pretendemos compaginar nuestra ideología con aficiones y gustos estéticos, dando pábulo a argumentaciones ad hominem

Paul Ryan – pareja perdedora del perdedor Romney – se ha visto desacreditado ante su electorado por diversos motivos. En La Cantina del Trader hablaremos de uno de ellos. Resulta que el  dismórfico congresista republicano, se proclamó un ferviente admirador de Rage Against The Machine – apologetas del comunismo y el indigenismo, entre otras cosas - . No tardó en salir a la palestra Tom Morello, graduado en CC. Políticas por Harvard y guitarrista de RATM, para responderle a Ryan algo así: “¿Cómo le podemos gustar a este tipejo si representa el engranaje de la máquina que queremos destruir?”

Ciertamente, es muy totalitario y por ende comunista, indicarle a la gente lo que le puede gustar y lo que no. Sin duda, el  politólogo de la Ivy League es completamente consecuente con sus ideas. Probablemente, basándose en el determinismo marxista, considere que es la superestructura ideológica, por medio de la infraestructura económica, quien fija las preferencias musicales. Por lo tanto, una figura del establishment republicano deberá disfrutar con Kenny G y moñas de ese nivel. Es algo objetivo y científico, de hecho el resto de socialismos son utópicos – como ha señalado Rodriguez Braun con grandes dosis de ironía - . Resumiendo: Paul Ryan no puede hacer pesas escuchando Sleep Now in the Fire; se tendrá que conformar con los Everly Brothers.

En esta polémica, me siento claramente identificado con Ryan. No sólo porque RATM sea uno de mis grupos favoritos, sino porque no existe nada mejor que su música para liberarte, a modo de catarsis, de cualquier cabreo. Obviamente, no comparto sus soflamas pero sigo pinchando sus discos desde hace más de diez años. Tampoco compartía el futbol desplegado por Caparrós en Riazor e iba cada dos domingos al campo.

La idea liberticida que guía a Tom Morello no es otra que encasillar a las personas en función de arquetipos – o prejuicios –. La razón de que su crítica tuviese aceptación en las redes sociales es sencillamente porque el ataque se produjo dentro del imaginario socialÉlite –Ryan- vs Artista Comprometido – Morello -.

Probemos a la inversa: Xosé Cheiñas, tiene 60 años y un minifundio de Coristanco donde cultiva patatas y grelos. El diputado Beiras, buscando la sintonía perdida con la Galicia más rural, visita puerta por puerta algunos domicilios de la comarca de Bergantiños. Casualidades de la vida, llama a la puerta del Sr Cheiñas quien no responde al timbre. Beiras -pañuelo de lino enredado al cuello- no consigue distinguir el ruido atronador que proviene de la casa. Nosotros sí, el riff de Angel of Death de los Slayer es inconfundible. Uno de los asesores, le informa que la brutalidad sónica recibe el nombre de trash metal y que la canción en cuestión, se asocia con el Dr. Mengele y el nazismo. Aterrorizado, Beiras asegura que un paisano tendría que estar escuchando Amancio Prada y Milladoiro.

Discriminar por medio de una deducción lógica se convierte en necesidad debido a que no disponemos del tiempo suficiente para conocer en profundidad a todas y cada una de las personas, y mucho menos sus motivaciones para sus gustos musicales. Entonces, deducimos que un político de derechas no puede ser un fan de RATM o que el Sr. Cheiñas lo sea de Slayer. Son clichés necesarios para clasificar y ordenar el mundo en nuestra cabeza. Sin embargo, la postura de Tom Morello es liberticida porque antepone los arquetipos a la libre voluntad de los individuos. Y, por supuesto, si el individuo se mueve de su casilla predeterminada, no hay nada más educativo que enviarlo a un gulag siberiano o acuario de Pyongyang.

Nadie puede obligar a un segundo a que le quiera, o le tenga efecto, de la misma forma que tampoco nadie puede obligar a un segundo a que no le quiera, o le deje de tener cariño. Incluso, bajo coerción.

Fuentes citadas

Referencia en el título del post. Aplicable a Tom Morello " Ahora (Ryan) escucha la música que te digo"


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