¿Qué sucede realmente en Ucrania?

25 de febrero, 2014 1

En el tablero de ajedrez geopolítico, Ucrania es un peón. Es el destello momentáneo de unos sables en duelo permanente; han habido muchos antes y seguirá habiendo más. En este caso, Rusia empuña uno y Occidente el otro. China observa y no se inmiscuye, a su más fiel estilo, pero presionada seriamente probablemente se le verían sus verdaderos colores. Colores pálidos como la arena de Irán y el sol del ártico Siberiano.

Ucrania es la puerta del gas Ruso a Europa. Es la logística. Y por lo tanto, su control es vital. Mirad esta imagen, proporcionada una vez más de zerohedge, para que lo veamos más gráficamente.

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Digamos que básicamente solo España y el sur de Italia importan gas proveniente del Magreb. El resto de Europa, en especial Europa del Este y Alemania con sus gigantes tasas de consumo al no ser tan nucleares como Francia, queman gas Ruso. Y aunque el tener las mayores reservas mundiales es importante, la logística para la venta lo es más. Los cárteles Colombianos lo sufrieron hace años: tenían el producto sí, pero el que tenía 3000Km de frontera con el principal consumidor era México. Y eso es lo importante, por eso sus cárteles son los más poderosos y dictan las reglas.

Rusia no quiere perder el acceso a Europa, quiere que Ucrania gire en su órbita y siga haciendo de puente para su producto. Contra eso, hay otros intereses que buscan debilitar a Putin, introduciendo alternativas a su gas. Pero como buen ex-KGB, sabe lo que es pelear contra el imperio Anglo-Americano y no cede.


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Los civiles en medio de estas fuerzas son “daños colaterales”. Se les enseña a reivindicar, a manifestarse, a reclamar “lo que es justo” y son carne de cañón. Hoy en día con la redes sociales es fácil. En Siria, en ese otro choque entre los mismos jugadores aunque con ciertas variables, vimos los mismos movimientos en el tablero. Rusia-Irán contra el gas Qatarí y el acceso al Mediterráneo. Y Putin tampoco achantó: por cada buque de guerra que EEUU mandaba a la zona, Rusia escalaba el conflicto enviando otro. Recordemos que tiene su única base del Mediterráneo en Siria.

Pero vamos ya a la reflexión importante, ya que seguro no os habéis conformado con el telediario, habéis indagado más y conocéis los motivos reales de estos conflictos más allá del “por un país más justo” y para derrocar al “dictador”. ¿Por qué unas crisis son desestabilizantes y otras no? ¿Por qué unas llegan hasta el final, provocan cambios y otras no? Un país soberano, con su policía y ejército de repente se ve desbordado. Barricadas y manifestaciones pueden con carros blindados. Asentamientos en la plaza central de la capital hacen rendirse al gobierno, negociar, reformar la constitución etc…

Porque son un peón en un tablero. Los que reivindican, los “rebeldes”, no saben (la mayoría no) que su fuerza viene de fuera. Ven que avanzan y consiguen “cambios” y no saben por qué. Simplemente están contentos celebrándolo en la calle. Se sienten fuertes. Ajenos a que el proveedor de su fuerza no lo hace por razones humanitarias, suele tener una agenda oculta. Y no suele ser en beneficio del pueblo.

(Uno de los libros más valientes jamás escritos lo explica todo desde dentro. Compradlo, robadlo, haced lo que sea pero leedlo. Imprescindible.)

Comparad el asentamiento en la plaza de Kiev con el del 15-M en Madrid. El occupy Wall Street con Egipto.

Por razones de trabajo, hubo un tiempo en el que viajaba a Bucarest cada semana. Trabajé e hice amistad con algunos compañeros Rumanos que al hablar de Ceausescu, me explicaban que no sabían realmente cómo paso. Era un dictador cruel sí, pero lo fue durante mucho tiempo. Después de los años, me contaban, incluso la indignación se estabilizó.

Supongo que un día se convirtió en peón. El peón que hay que mover en la siguiente jugada.

Estos amigos, aunque eran muy jóvenes, recordaban todo lo que pasó. Está claro, algo así te acuerdas. Me decían que de repente veían muchas armas en la calle, en manos de gente corriente. Y estaban organizados. Alguien les apoyaba.

La indignación “prendió”. Y el pueblo derrocó al dictador.

Ya.

El 11-M en España nunca llegó ni llegará a nada. La “fuerza externa” no tiene ningún interés en empujar en esa dirección. En realidad, es más bien un vector contrario.

Cuando esto cambie, lo sabremos. Si con mucha menos “indignación” de repente vemos que se proyecta más fuerza, hay algo que ayuda. Espero que sepamos identificarlo, interpretar su agenda y estemos preparados consecuentemente. El tener claro qué es realmente el dinero, la deuda y el riesgo de contrapartida es algo con lo que podemos empezar ahora mismo.

Porque creo que el alfil monetario está listo para moverse.

@EstudioMetal

unaigaztelumendi.com


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