El instrumento financiero más básico son las acciones. Son la parte más pequeña de la propiedad de una empresa. Si se te ocurre una idea brillante sobre un nuevo producto o servicio, entonces podrías captar capital para convertirla en realidad vendiendo participaciones en los beneficios futuros que esta nueva empresa reportaría. Los inversores que compran participaciones, pueden ser amigos tuyos, tu tío Juan, un banco o un inversor capital riesgo. El inversor te proporciona el capital y a cambio le das un contrato donde pone cual es el porcentaje de la empresa que posee. Los accionistas o poseedores de acciones de la empresa van a querer influir en las decisiones que se toman en el negocio, y teóricamente los directores de la compañía tienen que actuar en favor de los intereses de los propietarios (la creación de valor, aumentar la rentabilidad de lo invertido). Una vez que has montado la empresa y ha comenzado a funcionar, podríamos captar más capital para expandirnos emitiendo nuevas acciones.
Así es como empiezan las pequeñas empresas. Una vez que la pequeña empresa se ha convertido en una gran empresa, tu tío Juan puede que no tenga suficiente dinero debajo del colchón para invertir en nuestra siguiente expansión. En este punto las acciones de la compañía se deben vender a un grupo más amplio o incluso al público en general. Posiblemente los nuevos inversores no tengan ninguna relación con los fundadores de la empresa. El último paso en el crecimiento de una empresa es cuando las acciones empiezan a cotizar en bolsa, de esta manera pueden ser compradas y vendidas libremente, y se puede captar capital de una manera más eficiente y a un coste menor.
En el siguiente enlace Bolsas y Mercados Españoles podemos ver una selección de acciones del mercado continuo español. La información nos muestra los máximos y los mínimos de la sesión además del cambio respecto al cierre de la sesión anterior.
El comportamiento del precio de las acciones está muy lejos de ser predecible.
Si pudieramos predecir el comportamiento del precio en el futuro podríamos ser muy muy ricos, no os podéis imaginar cuantos ceros de rico. Aunque algunas personas han dicho que son capaces de hacerlo (gurús y demás iluminados que hacen cursos de los cuales viven y ganan mucho más que en los mercados) con cierto grado de precisión, todavía nadie ha sido capaz de demostrarlo verázmente. Aquí vamos a tomar como un rasgo característico la aleatoriedad de su comportamiento. Esto no significa que no podamos modelizar el precio de las acciones, pero significa que la modelización se puede conseguir en un sentido probabilístico. No hay duda de que la clave de la situación descansa en algún sitio entre la completa predictibilidad y la aleatoriedad perfecta, pero no es así ya que conocemos algunos casos de manipulación del mercado en el que las operaciones han movido la cotización en una dirección favorable al promotor del movimiento.
Para saciar nuestro apetito por la modelización matemática, he encontrado una manera simple de simular un paseo aleatorio muy parecido a la evolución del precio de las acciones. Uno de los procesos aleatorios más simples es el lanzamiento de una moneda. Este experimento empieza con el numero 100 como si fuera el precio de una acción y lanzando una moneda. Si sale cara multiplica el precio por 1'01 , si sale cruz entonces multiplícalo por 0'99. Después de el primer lanzamiento obtendríamos 99 o 101 como resultado. Lanzaríamos todas las veces que nos plazca y anotaríamos el resultado. Esto se puede hacer en una hoja de excel con la función RAND() para generar un número entre 0-1. Si el número es superior a 0'5 cuenta como cara y si es inferior entonces sería cruz. Este es mi resultado:
Un saludo!
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