La universidad no serviría de nada si no dejara huella profunda de ética intelectual y social en los que pasan por sus claustros. Gregorio Marañón.
Las últimas cifras de paro y de afiliación ya las sabéis todos y en estos últimos días han sido usadas según los mismos intereses de siempre.
Que España está mejorando es una realidad indudable, que ni unos deberían exagerar y sacar pecho de ello ni los otros deberían negar y ver todo problemas. El que niegue que España está mejorando, está quitándole mérito al gran esfuerzo que están haciendo y han hecho los españoles.
Que si las horas trabajadas disminuyen, que si los salarios disminuyen, que si se trabajan más horas extras. La pregunta que se me viene a la cabeza es clara y es si nadie se acuerda de dónde venimos y de que hace muy poco estábamos inmersos, bueno para los que niegan la recuperación voy a decir estamos inmersos, en la peor crisis financiera vivida.
Vender empleo es fácil, y que ese empleo no sea precario aún es más fácil. Pero no todas las empresas están dispuestas a comprar ese empleo para luego vendérselo a la gente. Eso en la mayoría de los casos es un proceso. Los empresarios perdieron la confianza y la están recuperando poco a poco. Si a las empresas les diera igual tener pérdidas sí que darían empleo indefinido y no precario a las primeras de cambio.
Pero, son las empresas las que dan empleo y hay que recordar que ellas también sufrieron la crisis igual o más que cada ciudadano. Si se van recuperando poco a poco es lógico pensar que el empleo lo darán poco a poco y de manera progresiva.
Ningún país que haya salido de una crisis lo hizo contratando a la gente de manera indefinida. Jamás en la historia se ha dado eso. Después de varios años de ajustes es cuando poco a poco se va volviendo a los niveles de contratos indefinidos de antes de la crisis. El que vende que todo va mal se olvida en la mayoría de los casos de las enormes reestructuraciones sufridas en multitud de empresas y de sectores.
Aquél que ahuyenta la atracción de inversión que luego no venda que el empleo es precario. Es pura lógica y una cosa es consecuencia de la otra. Sin inversión no hay empleo. Y sin que las empresas vean rentabilizadas sus inversiones no habrá empleo no precario.
A veces no nos damos cuenta del proceso de reducción de costes y optimización de procesos y mejoras que están acometiendo las empresas. Si las empresas están realizando ese proceso, el trabajador necesita realizar también esa transformación.
Las empresas demandan ese cambio en los trabajadores para poder adaptarse a los nuevos tiempos, pero en la mayoría de los casos esos cambios no se producen.
Y buena culpa de ello tiene la maquinaria intervencionista y burocrática que esperan esos trabajadores se ponga en funcionamiento. Ceden su libertad en busca de que el estado proporcione igualdad y no se dan cuenta de que el estado lleva años y años gastando en planes de empleo que no funcionan y no tienen ni empleo ni libertad. El estado ha creado así gente poco preparada que solo depende de lo que el estado pueda gastar en ellos. Un estado clientelar que se beneficia de toda esta situación.
Vender que se puede crear un millón o dos de empleos públicos y reducir el paro es tan bonito que no es creíble. Desde el punto de vista económico no hace falta que se diga lo disparatada que es esa afirmación y desde el punto de vista social crearía una sociedad más dependiente del estado y que si las cosas van mal volvería a utilizarlos a su antojo. Además, esto nos convertiría en un país menos próspero, más pobre y con menos oportunidades.
España necesita más ricos, sí más ricos. Y que la gente se le quite de la cabeza el hecho de que si hay más ricos tiene que haber más pobres. Eso no es cierto. Esto no es un juego de suma cero. Si hay más personas ricas, quiere decir que las clases más bajas están prosperando y al final esta es la manera de que se reduzca la desigualdad.
Políticas contracíclicas de aumento de gasto público para combatir el desempleo no traen empleo y para más inri dejan un mayor desajuste presupuestario que lo que hacen es retrasar la posterior creación de empleo.
Volviendo al tema anterior vamos a hacernos otra pregunta sobre qué países que hubieran tenido una tasa de paro del 27% han empezado a reducirla ya con contratos indefinidos. Primero se gana la confianza y luego ya se gana el empleo fijo. La gente no tiene en cuenta la historia y la historia está ahí para ser recordada.
En España todo el mundo se olvida que nuestro problema del paro es estructural, no es nada cíclico. Ni en los mejores años logramos bajar de cuotas del 8%-10%. La mitad del desempleo que tenemos actualmente lo hemos tenido siempre. Ahí entra en juego el papel del incentivo perverso que juegan las prestaciones por desempleo, el papel de las ayudas por parte de la familia, el papel de la escasa motivación por parte de ciertos colectivos y el rol de los defraudadores.
Se necesitarían fomentar planes de formación efectiva para colectivos de desempleados de larga duración y desincentivar las ayudas, que son necesarias, pero que no se conviertan en incentivos perversos.
Para introducir el siguiente punto voy a dejar un dato que me parece demoledor. Casi un tercio de los jóvenes españoles no estudia ni trabaja y de ese tercio la mitad no tienen intención de hacerlo. El problema tiene solo una palabra y se llama educación.
Sin un gran pacto por la educación para los próximos diez años, sin jóvenes curiosos y preparados que se quieran formar y sin los medios necesarios no vamos a reducir ese paro estructural y no vamos a crecer como país y lo más importante prosperar.
Sin una población preparada no se podrá optar a los nuevos puestos de trabajo que requieran de esa preparación. Por tanto, la respuesta al título del artículo es que lo que se esconde detrás de las cifras del paro es una sociedad mal preparada para los cambios actuales. Con una preparación obsoleta como si viviéramos a comienzos del siglo XX. Una sociedad que ya no necesita memorizar, sino buscar alternativas y saber solucionar problemas. Los grandes trabajos a nivel mundial se los llevan los chinos, indios, pakistaníes y americanos y eso es algo que como país tenemos que solucionar.
Si España va a cambiar y las empresas están cambiando, la gente necesita cambiar y adaptarse a las nuevas necesidades. La formación es clave actualmente y si no le hacemos ver eso a nuestros jóvenes estaremos fracasando como país.
No podemos permitirnos que nuestro país esté a la cabeza en abandono escolar, solo superado por Turquía.
El deber de la niñez es la obediencia; el de la juventud, la rebeldía; el de la madurez, la austeridad y el de la ancianidad, la adaptación. Gregorio Marañón.