¿Que ocurre cuando el poder estatal, se opone a la actividad económica natural del ser humano, lo que llamamos el normal funcionamiento del mercado, porque la confunde con una opción ideológica, a la que decide oponerse, no solo legalmente, sino utilizando el poder público coactivo para entorpecer o intentar anular el normal funcionamiento del mercado?.
Cuando los estados se enfrentan a problemas de seguridad, a menudo utilizan el racionamiento, consistente en que, a cada persona, se le asigna una determinada porción de consumo de cada bien, con el objeto de que el reparto sea más justo. Esto suele terminar mal, puesto que solo el mercado puede asignar de modo descentralizado el consumo general de una sociedad, modulando tanto la producción como el consumo en función de las disponibilidades y las necesidades.
Enseguida las personas con sensibilidad socialista destacarán que ello lleva a la injusticia, pero no es así, porque, cuando se raciona, se pierde inmediatamente la señal que ofrece el precio: un precio no es más que una señal envuelta en un incentivo, cuando el precio deja de reflejar la necesidad que tiene la sociedad de un bien (precios altos, demanda alta, incentivo para producir más de ese bien), las tiendas se vacían más pronto que tarde llegando a la situación de desabastecimiento. ¡Y eso si que es una injusticia!.
Por ejemplo, la Unión Soviética experimentaba de forma regular escasez de carne en las carnicerías, simplemente la carne se acababa. Eso hacía que desde altas horas de la mañana la gente hiciese cola esperando adelantarse a los demás, para poder adquirir su porción racionada, antes de que se vaciase la tienda. La gente lo tenía como una cosa normal, pero no es normal en absoluto porque, siempre que dejes que la carne tenga un precio libre, los ganaderos espabilarán y te colocarán más carne en las carnicerías!.
Por ejemplo, ¿que piensan Uds. que va a ocurrir este invierno en centro europa si se raciona el consumo de gas?. Pues que tendrán gas hastas que se les acabe, porque no habrá señales que inciten a buscar más gas a las empresas gasísticas.
Cuando el racionamiento, colas, escasez y desabastecimiento, se proyectan sobre productos de primera necesidad, el problema cambia de escala y la sociedad responde más agresivamente, nacen los mercados negros y la economía sumergida, creando una dualidad de sistemas económicos: el sistema económico normal compuesto por mercados regulados, regidos por la ley, que son transparentes a base de estadísticas y precios públicos y el mercado negro o economía sumergida, que esquiva la aplicación de la normativa, con formación de precios muy defectuosa, con sobreprecios, sin pagar impuestos aunque si graves sanciones que aplica el estado únicamente en aquellos casos que se descubren.
El mercado negro hace que el mercado que queda expuesto tenga que sobrellevar más carga impositiva y el estado suele comportarse en estos casos de forma depredadora, aparece un acusado riesgo regulatorio y un importante estado confiscador, no solo debido a la falta de información estadística que lleva a adoptar decisiones erróneas sobre como gravar la actividad económica sino debido a una actitud beligerante del estado contra el mercado, intentando meterlo en vereda, dando puntapiés al mercado sumergido, en el culo del mercado que queda expuesto.
En realidad los mercados negros y mercados sumergidos siempre existen en los márgenes de un mercado ordenado, siempre ha existido el tráfico de estupefacientes, el de órganos humanos, el de animales exóticos protegidos, el de animales disecados, el de marfil, etc. La diferencia es que están arrinconados por los poderes estatales que los persiguen con legitimidad y por la acción del mercado general que provee eficazmente bienes sustitutivos que minoran su demanda.
El problema aparece cuando, debido a una mala acción ordenadora del estado, por ideología, por torpeza o debido a presiones ejercidas por poderes externos al estado o por grupos de presión que llegan a gastar cantidades fantásticas en torcer la voluntad de políticos venales, se provoca un desabastecimiento severo de bienes de primera necesidad, en ese momento la reacción de la sociedad es esquivar la regulación, porque la ecuación riesgo-recompensa favorece tal actuación.
Por ejemplo, en las guerras aparece siempre el mercado negro, que en ocasiones llega a estar bien estructurado, con zonas de influencia mercantiles acaparadas por mafiosos o señores de la guerra. Un caso muy especial fué el de los felices años veinte en USA con el mercado de las bebidas alcohólicas debido a un exceso ordenancista del estado Useño.
Y por último algo que está en boca de todos, la inflación. Es lo que hizo Pancho Villa en la Revoluciona Mejicana, ordenando imprimir billetes para hacer rico al pueblo, naturalmente lo que logró fué empobrecerlo y generar mas violencia debido a la competencia por los bienes de primera necesidad.
La inflación es con mucho la perversión más grave e insidiosa del mercado, a menudo, si no querida, tolerada por los estados porque erosiona la deuda pública y porque supone un impuesto oculto de facto, ya que cumple muchas condiciones convenientes para ello: los particulares no la ven reflejada en su cuenta, ya que el nominal permanece igual, mientras la inflación está bombeando una pérdida constante de poder adquisitivo de la renta del mismo; el estado gana dinero a espuertas simplemente con su inacción, basta con no deflactar los tipos impositivos y la subida de precios aumenta la recaudación; por último es un impuesto que funciona según la regla del interés compuesto, pero negativo, la inflación de hoy cabalga sobre la que se produjo hace un año, con lo que se puede comer literalmente, en pocos años el grueso del poder adquisitivo de cualquier patrimonio no invertido en bienes que se revalúen con ella.
Ha habido momentos en la historia en que la inflación ha dado paso a la hiperinflación, que ocurre cuando aquella se desboca, llegando a los dos, tres y mas dígitos, los países que la han vivido tienen una huella indeleble y es de esperar que reaccionen rápidamente para evitarla, me estoy refiriendo naturalmente a Alemania entre 1921 y 1923 en la República de Weimar.
Ya en la actualidad, todo comenzó cuando todo el espectro político europeo se apuntó a la agenda 20-30 ecologista radical (los socialistas se movieron a la izquierda, los populares se movieron también, convirtiéndose en socialdemócratas, y todos se emparejaron con los ecologistas radicales), que planteó en un principio una acción comercial (perdon, "publicitaria") asustando a la población con previsiones de un desarrollo catastrófico llamado "calentamiento global" basándose para ello en unas proyecciones de modelos de ordenador del Panel Intergubernamental de la ONU, organismo no científico, sino creado para forzar un "consenso" científico.
Es destacable que no se permite supervisar los presupuestos de las proyecciones de los modelos de ordenador a científicos críticos con el modelo del cambio climático, de modo que no se sabe de dónde han salido o como se han elaborado esas previsiones, sólo se deduce, por los resultados, que los factores que actúan dentro del programa, están descompensados y no responden a previsiones prudentes. Cuando no se permite someter a falsación a las teorías científicas, es seguro que no están haciendo ciencia.
Se conoce que lobbies con asignaciones multimillonarias han estado apoyando este proceso, influyendo sobre los eurodiputados de forma opaca, porque, a diferencia de la legislación USA, las acciones de influencia, tanto económicas como de otra índole, no tienen que ser declaradas en el ámbito de la Unión Europea.
El siguiente paso fue, y sigue en vigor, impulsar un cambio de sistemas de producción de energía, de la misma gigantesca categoría del que se produjo entre los siglos dieciocho y diecinueve, cuando se pasó de obtención de energía de la biomasa (quema de leña y carbón vegetal) así como fuerza del ganado y molinos de agua y viento, a la obtención de energía de fuentes fósiles, petróleo y derivados, que tardó entre 75 y 100 años en implantarse. Se pretende lograr en pocos decenios, para 2030 o 2050. Además dicho cambio iba a ser financiado con una inmensa emisión de deuda pública, adquirida con la impresión de dinero, sacado de la nada, por los bancos centrales.
Dicho movimiento ha contribuido a generar un brote inflacionario que ha sido llamado "inflación verde" generada por la concurrencia de diversos efectos generados por el anuncio de occidente, en primer lugar ha producido un desequilibrio estratégico, en que los países productores de petróleo han encarecido el petróleo, para protegerse de la pérdida de clientela, a la vez que están buscando nuevos clientes, menos volubles para su gusto.
En segundo lugar tal movimiento ha sido rechazado por los países en vías de desarrollo porque ha sido interpretado como que occidente pretende darle una patada a la escalera tecnológica de los combustibles fósiles, por la que ha subido hasta altas cotas de riqueza y desarrollo, para negársela a esos otros países y que dependan de las nuevas tecnologías que se pretenden implantar y cuya llave tendría occidente.
Por último se ha dado lugar a que las empresas de prospeccion de petroleo, hayan adelantado el pico del petróleo, al dejar de invertir en la búsqueda de nuevos yacimientos petrolíferos.
La guerra de Ucrania solo es un efecto concomitante, no una causa en todo este proceso, si mañana se llega a un armisticio, el fantástico desorden del mercado de la energía que se ha generado, seguirá durante muchos años.
Si aplicamos estos presupuestos a la situación actual podemos concluir que no va a ser raro que veamos (ya estamos viendo algunas) manifestaciones, en mayor o menor grado, de todos estos desarreglos del mercado.
Como la creación de un gran mercado negro del petróleo y el gas, que está en todo su apogeo. Los petroleros, no solo de Rusia, sino también de diversas naciones, apagan sus transpondedores y aparecen en las costas de cualquier país, incluidos los europeos, como España, comerciando con su carga, para vergüenza de sus dirigentes, que se deshacen en la defensa de la integridad territorial de Ucrania en el parlamento, mientras, con la compra de gas, meten dinero en el bolsillo de su agresor...
Como los racionamientos de energía que ya se están preparando en centroeuropa, que vendrán con colas para los particulares, o con racionamiento temporal para el acceso a la energía por las empresas, lo que llevará indefectiblemente a escaseces y desabastecimiento de un bien tan esencial como la energía para nuestra sociedad y encarecimientos en los costes de producción, que llevaran a la estanflación....
Como los estados, también el nuestro, que están adoptando un perfil de autoritarismo económico, anunciando medidas impositivas confiscatorias, en principio para las empresas, incluso parece ser que con carácter retroactivo, lo que es inconstitucional, generando un importante riesgo regulatorio para cualquier empresa que invierta en energía y garantizando así un buen periodo de subinversiones en el sector...
Como ven la profundidad de la madriguera de conejos es grande, seguramente no alcanzamos a ver toda la panoplia de perversiones y desarreglos que se van a producir en el mercado de la energía, pero aquí ha ido un primer ensayo, que ,como tal, seguro que adolece de muchos defectos que espero sepan disculpar.