Pues sí. Se oyen tambores de guerra que anuncian una congelación de los salarios de los funcionarios. Se desmiente o se niega por parte del gobierno, según quien y cuando. Los sindicatos se ponen en pie de guerra. Ahora bien, no es de extrañar, porque la verdad es que llevamos 4 meses seguidos de deflación - o sea, de inflación negativa, mientras que los salarios han subido entre un 1,8% y un 2,2% en ese mismo periodo. Veamos los precios según la OCDE:
Lamentablemente, no cuento con los salarios de los funcionarios, sólo del conjunto de la economía y de la industria, que se pueden ver en el cuadro 4.8 del Banco de España; los salarios españoles han estado subiendo fieramente mientras los precisos caían. Ergo, los salarios reales, su poder adquisitivo, ha subido sin disimulo.
¿Tiene esto algún sentido? Ninguno. Que los salarios reales aumenten su poder adquisitivo mientras la economía se va al guano, no tiene sentido alguno. Lo que está claro es que las empresas han tenido que ajustar sus costes laborales despidiendo gente, y ahí estamos. Camuflados en ERTES o yendo al paro, que al final será todo paro.
El caso es que nadie se puede quejar de que le congelen el salario, o casi nadie, pero bueno, es porque está muy arraigada la idea-mito de que los salarios deben conservar o aumentar su poder adquisitivo eternamente, lo que no tiene sentido económico alguno. El salario responde a lo que aporta a la producción, porque si la empresa se va al carajo, nadie le va a sostener el poder adquisitivo al empleado.
Lo malo con los funcionarios es que no venden su producto en el mercado, por lo que es imposible calcular su productividad. Tienen incentivos por productividad (trienios y destino aparte), pero no es más que un cuento chino que se negocia entre jefes e interesados, sin sentido económico alguno, más bien ideológico, cuestiones de cupos de género, cosas así tan de moda. El que quiera demostrar lo contrario, que venga y lo diga.
Por lo tanto, dejémonos de cuentos chinos. No ha habido una contracción de poder adquisitivo, todo lo contrario, y además no es un criterio económico válido para fijar los salarios.
¿Habrá guevos para aplicar la guillotina? Lo que está claro es que hay dos gobiernos, uno a favor y otro en contra. Todo es negociable, con cosas que no tienen nada que ver ni remotamente. “Te cambio el código penal por delito de sedición si me apoyas los Presupuestos”. De esta guisa estamos.