Hace tiempo que europa no tenía un líder con las ideas tan claras como Emmanuel Macron, pero a Angela no le hacen gracia. Y es lógico porque ella tiene bien agarrada la sartén por el mango y el mango también. Macron quiere más unidad en temas claves, como su proyecto de hacer un FMI a nivel europeo. Se llamaría el EMF. Esto permitiría más potencia de fuego a la hora de hacer frente a crisis imprevistas, y ayudas a países en dificultades. Pero supondría que los paises miembros tendrían que poner capital en función de su tamaño. Nein. Merkel no quiere ningún organismo autónomo, ni siquiera quiere que la Comisión recupere parte de su esplendor antigua, de los tiempos de la formación del euro, con Jaques Delors como gran líder. Entonces había al menos un conato de liderazgo europeo, pero Angela no quiere (por cierto, ue el superpoder de Alemania le viene del euro, que fue la puerta abierta a la reunificación). Merkel prefiere convertir el Eurogrupo - que ha sido un sonoro fracaso en la gestión de Grecia -, en un súpergrupo de los 19 miembros del euro, y dirigido intergubernamentalmente. La lógica de esto es perversa pero clara como el agua: así cuenta con mayoría para decir la última palabra, en lo que ella denomina como objetivos “reforzar la competitividad”, donde llevan una ventaja apreciable sobre los demás países que no son satélites suyos.
Así que es difícil imaginar algún éxito de Macron que no sea meramente testimonial, y sinceramente, lo siento, porque Europa no se puede quedar a medio camino. Alemania no quiere que Europa sea un campo de transferencias de norte a sur, y sin eso nunca habrá Unión, como no la habría si Extremadura y Andalucía no fueran receptores netos de transferencias del resto de España, o Wisconsin de Nuev York. Es el quid de la cuestión de la secesión Catalana, que si lo consiguen España se va al carajo, como tarde o temprano se iría Europa si no es que se queda en un melancólico juego de palabras altisonantes que nadie se cree.
Pero es ley de hierro. El que tiene el poder efectivo no lo suelta mientras lo tenga bien agarrado, así que no esperen ni una mínima concesión de Merkel que no sea meramente estética. Contra ella se han estrellado otros, como los británicos, los franceses, y todo el que no pertenezca a su corte de paises pequeños satisfechos, aunque con los populistas mordiéndoles los talones.
Merkel ha conseguido orillarlos con una “Grosse Coalition”, y seguirá inamovible cuatro años más.
(Fuente, Financial Times)