He mirado la movida de París contra la subida de los precios de la gasolina como quien oye llover. Soy medio francés y sé que estas movidas son solo viento y ruido, o ruido de viento. Algo a lo que los gabachos son muy aficionados, a romper el mobiliario urbano por motivos diversos. También hay que tener en cuenta que para los periodistas del mundo es muy atractivo ser enviado a cubrir una noticia como ésta, a Paris, Mmmmmm, en este otoño tan soleado y donde los hoteles son tan caros, pagados por el periódico, anda jefe, porfi, le hago lo que quiera debajo de la mesa... ¡vive Paris, vive l’amour, ah, mon Ami, las gabachas...
Así que todo se ha juntado. Pero esta vez los gilets jaunes tenían razón, ¡coño!
Al idiota de Macron (ver https://youtu.be/EOVzKQU6aV0) no se le ocurre más que subir los impuestos de la gasolina cuando el petróleo está cayendo a plomo, para gran disgusto de la industria, como se ve en el gráfico:
A quien se le ocurre si no es al chorlito éste que sólo sabe posar en las fotos y enfadarse con los periodistas. A ver, es que Sánchez I el torpe, ¿ha subido los impuestos de la gasolina? NO. Ha aprovechado la caída del petróleo para montar más en el Falcon, que es un placer. Y no ha dado el coñazo a nadie. Ha ahorrado a los españoles miles de euros, aprovechando la coyuntura favorable. Eso es actuar con cabeza.
Y eso obliga, también, a mandar al periódico noticias, que si hace falta se fabrican como demostré en “Distorsión malintencionada”. Paris era una fiesta.