Puede parecer una obviedad, pero para estar en los mercados hay que tener dinero.
En primer lugar, tener dinero significa poder invertir una parte de este capital y dormir tranquilo. Pensar qué pasaría si lo perdiera todo y llegar a la conclusión de que nada, que todo seguiría igual. Esto es vital, pues desde esta perspectiva el miedo nos abandonará y podremos operar con tranquilidad, como si el dinero fuera de otro.
En segundo lugar, tener dinero significa no tener necesidad de apalancarse, no invertir con capital prestado. El apalancamiento puede contemplarse cuando se haya aprendido a ser un ganador constante y personalmente únicamente lo uso poniendo en riesgo los beneficios ya obtenidos.
Finalmente, considero que en los mercados uno debe invertir como máximo una tercera parte de su capital. Y que el 25 por ciento de esta tercera parte debería ser una suma similar a los gastos obligados que se deben de afrontar en un año (facturas, comida, gasolina, colegios, pagos de préstamos o hipotecas...). Es decir, que una persona que, por ejemplo, vive con 10000 euros al año, debería tener un capital libre de cargas de 120000 euros y invertir en bolsa 40000. Esto obviamente son consideraciones personales, que buscan poder operar con tranquilidad.
Y qué sucede cuando alguien no tiene dinero y quiere invertir. La verdad es que yo le recomendaría que intentara aumentar su capital ahorrando y trabajando todo lo que pueda. Aunque hay auténticos casos de éxito de personas que empezaron de cero y han vencido al mercado, lo cierto es que la presión a la que uno se somete sobrexponiéndose puede ser letal.
Siempre va bien recordar los clásicos, la Biblia en este caso: "porque al que tiene, se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, incluso lo que tiene le será quitado", según San Mateo.