Una vez más los bancos centrales han conseguido generar apetito por el riesgo en el conjunto de los inversores. Sin llegar a tomar ninguna decisión importante (salvo algunas por parte del Banco de China), han sido capaces de volver a tejer una red de seguridad para los inversores que ha posibilitado la formación del suelo de medio plazo que comentábamos el viernes pasado. Y es que ayer mismo Mario Draghi volvió a insistir que en diciembre revisará el programa de recompra de activos del BCE (este fin de semana había dudas por parte de algunos miembros del BCE). La FED no termina de dejar claro que subirá tipos en diciembre y el Banco de Japón vigila muy de cerca los datos macro para añadir más liquidez al mercado si hiciera falta.
Creo que gran parte de los recortes de este verano se han producido por el temor de que los bancos centrales se apresurasen a retirar estímulos antes de que la economía creciera de forma autónoma. Y en el mes de octubre se han despejado esas dudas. Los bancos centrales no van a dejar caer al mercado, o al menos no lo van a dejar caer ahora. La FED es la que lo tiene más claro. Sabe que sus datos macro le obligan a subir tipos pero no quiere poner en peligro la recuperación económica mundial. Los emergente sufrieron muchísimo a partir del día en el que Bernanke dijo que comenzaría a reducir su programa de recompra de activos (QEIII). Desde entonces las divisas de emergentes no han parado de depreciarse y justo en estos meses, viendo que la subida de tipos de la FED va a ser mucho más suave de lo que se esperaba, las divisas emergentes están recuperando posiciones respecto al dólar. La divisa que más claramente está reflejando este cambio de sesgo de la FED es el real brasileño. Tal y cómo se aprecia en el gráfico, hoy está intentando perforar la zona de mínimos de octubre y perdiendo las medias de corto plazo.
Pero no sólo los bancos centrales están apoyando al mercado. El principal factor está siendo que los datos macro no son tan malos cómo el mercado descontaba y parece descartarse por completo la posibilidad de una recesión global. Esta semana se han publicado los PMI manufactureros de las principales economías.
Son indicadores claramente adelantados y todos han salido igual o mejor de lo esperado y salvo España y Brasil todos han mejorado en octubre los datos de septiembre dejando claro que estamos simplemente ante una desaceleración y queda lejos la posibilidad de recesión global.
Así pues, tenemos al principal índice de renta variable mundial, al S&P recuperando todo lo perdido este verano y en disposición incluso de superar los máximos del año. Que puede haber correcciones? Evidentemente que sí, pero la inercia es claramente alcista y el comportamiento del mercado ha demostrado claramente que uno no puede apostar contra la tendencia. Los bajistas que no recogieron beneficios ya están en pérdidas y si el S&P500 sigue subiendo se verán obligados a deshacer posiciones (comprando) y esto seguirá acelerando la tendencia.
Si tenemos al S&P500 cerca de máximos históricos, tenemos que destacar el comportamiento del índice Nasdaq 100 más vinculado al sector tecnológico.
Esta semana está superando los máximos del año y zona que coincide con los máximos de la burbuja punto com. En el gráfico se aprecia cómo ha recuperado el 19,3% de caídas del verano en sólo unas semanas.
El Nasdaq está en los mismos niveles alcanzados en la burbuja.com, pero a diferencia de aquella ocasión los beneficios de las tecnológicas no eran una quimera sino una realidad. La subida del precio del Nasdaq ha venido totalmente acompañada por incrementos de los BPA estimados, de forma que el PER estimado para el Nasdaq 100 hoy a un año vista es inferior a 16x, muy por debajo de la media histórica para este sector. En el siguiente gráfico comparo la evolución del Nasdaq (línea blanca) con sus BPA estimados a un año (línea morada) y a dos años (línea roja) en los 10 últimos años.
El gráfico que quizás mejor explique lo acontecido este verano es el del Russell 2.000 (mucho más vinculado al ciclo económico de Estados Unidos). Este verano ha perdido la línea que unía los mínimos desde 2011 (azul discontinua) y se ha apoyado en la directriz de más largo plazo.
Ahora esta semana está intentando recuperar de nuevo la primera directriz comentada y la zona de soporte de este verano (1200 puntos). Si consigue superarlo entonces lo vivido sería una trampa bajista y recuperación de la tendencia. Sería cómo volver a la situación de antes del verano tras “limpiar” a los inversores más nerviosos y ha sido una clara oportunidad de compra para las manos fuertes.
Materias primas aún es pronto para certificar que hayan hecho suelo pero el rebote iniciado la semana pasada apunta a que está en buena disposición de realizarlo tal y como se aprecia en el gráfico del CRY index.
Lo mismo ocurre con el precio del petróleo. La semana pasada la publicación de las reservas de petróleo de Estados Unidos muy por debajo de lo estimado hace pensar que la demanda debe aumentar a corto plazo y posibilitará un suelo en los precios de esta materia prima.
Por último, para terminar de confirmar la mejoría de la situación, o por lo menos que el escenario no es tan catastrófico cómo se descontaba hace unas semanas, tenemos que las expectativas de inflación están repuntando con fuerza en Estados Unidos. Y en Europa.
Con el repunte de las expectativas de inflación, se generará una presión al alza de las tires de los bonos del estado tanto alemanes cómo de Estados Unidos y esto se traduce en ventas de renta fija. Y estas ventas de renta fija en teoría deben favorecer a la renta variable.
Así pues, en noviembre estamos viendo que se mantiene la inercia alcista iniciada en octubre, y aunque habrá recortes, tenemos la sensación de que lo peor ha pasado y hay que mantener riesgos en cartera e incluso incrementarlos si el mercado da oportunidades.